“El Hada del Lago y El Murciélago”
Rocío Alegría Treviño (Cielo)
21 de Febrero de 2023
Al sur de Gales existía una hermosa aldea, rodeada por altas montañas y hermosos bosques, cerca del Lago, vivía una viuda con su joven hijo, el cual se dedicaba a llevar a pastar a las ovejas; cierto día en que sentado sobre el hermoso césped, descansaba, a la vez que tocaba su flauta; vio una ave bellísima, ésta se acercó al escuchar la música que salía de la flauta del joven, las ovejas retozaban alegremente en el verde pasto que crecía en abundancia, el ave era maravillosa y orgullosa se paseaba y coqueteaba con las demás aves, pues era tal su hermosura, que todas las aves se sentían insignificantes ante tan espléndida belleza.
El joven estaba fascinado dejó de tocar su flauta para admirar la belleza de esa ave, cuyas plumas eran de diversos y hermosísimos colores, el ave volaba entre los árboles alborotando a todos para llamar su atención, se sentía soñado, cuentan que cuando nació y en espera de que le salieran plumas; éstas jamás aparecieron, entonces voló muy alto, hasta llegar a Dios, le pidió plumas en sus alas, pues estaba totalmente desnudo; Dios le concedió el don de que le pidiera a cada ave que él quisiera una de sus plumas, por ello, portaba plumas de todas formas y colores dándole una belleza única y especial, sin embargo se notaba que era muy creído, a todas las aves las veía inferiores a él ya que sus plumas eran hermosísimas.
Absorto se encontraba viendo el hermoso pájaro, cuando apareció una Hermosa Hada del Lago, era muy exótica, de una rara y extraña belleza, muy blanca de cabellos rubios y peinaba su larga cabellera tomando al Lago como espejo. Aturdido de ver su hermosura, el joven se le acercó y le ofreció comer de su desayuno, a lo que la Hada rechazó, desapareciendo en el Lago.
La hermosa ave se posó en una rama cerca del agua, al fondo se veían unas hermosas piedras brillantes, eran diamantes; pues una hermana de la Hada del Lago, se había enamorado de un campesino y pastor de ovejas, pero éste se había perdido en el bosque, cuando fue a buscar a una oveja, lo esperó días y días; más nunca volvió, nadie supo jamás que fue de él. Ella no lloraba, porque tenía mucha fe en que él regresaría; hasta que una vez se posó una ave llamada Arapango y con su canto retumbaron los árboles, esa era señal de que su amado esposo había muerto, fue entonces, cuando sentada a la orilla del Lago, comenzó a llorar y llorar y sus lágrimas al caer al Lago, como ella era una Hada, se secaron para convertirse en diamantes, la bella hada desconsolada, pereció de tristeza, convirtiéndose en una bellísima flor que siempre se encuentra flotando en los Lagos, por ello esta Hada era desconfiada y no anhelaba enamorarse para sufrir como lo había hecho su hermana.
Viendo al bello pájaro cerca del Lago, volvió a salir del agua ante el asombro del joven; vio al pájaro y le dijo. . . ¡Qué bello eres! Pero no debes menospreciar a las demás aves, si Dios te hizo hermoso debes ser agradecido y amar a tus compañeros, ya que cada uno de ellos, te regaló una de sus plumas. ¿Acaso ya lo olvidaste? Yo conozco tu historia, como la de todos los que estamos en este mundo. . .. Le dijo la bella joven. A lo que el pájaro, más engreído que nunca, le dijo: Mira, volaré hasta el Cielo y verás como Dios me ama tanto, que me dará más belleza, si así se lo pido. ¡Anda pues, ve! Le dijo la joven y el ave que con solo volar, brillaban esplendorosamente sus alas, pues con los rayos de sol, al tocar sus alas y sus hermosas plumas, hacía que se perfilara un arcoíris en el horizonte.
Voló y voló hasta lo más alto del Cielo, la hermosa Hada, se había sumergido en el lago acariciando los diamantes que con los rayos que se filtraban a través de las ramas de los árboles relucían con más brillantez, los tomaba en sus manos y lloraba, pues extrañaba a su amada hermana, acariciaba las flores, que le hablaban y le decían que no estuviese triste, que ella y su amado esposo ya estaban juntos en el más allá, que eran muy felices, pues ya nada los podía separar; ella lo sabía, pero la extrañaba muchísimo, pues solo eran ellas dos, las que habitaban ese hermoso Lago en compañía de su padre el Dios de las Aguas y algunas Ondinas, que iban y venían; pero su hermana sólo era ella.
Estaba triste pensando en eso cuando cae algo al agua, aturdida se sorprende y ve que se va sumergiendo un horrendo animal, comienza a mover sus alas y busca torpemente una rama para salir del agua; ella lo ve estupefacta. ¡No puede ser! ¡Eres tú! Le dice al ave. ¿Dónde quedaron tus bellas plumas? ¿Ves, te dije que no deberías ser tan vanidosa? Ahora en lo que te has convertido. El ave que antes era esplendorosa, se había convertido en un horrible murciélago, que además, de tristeza decidió no ver a la luz del día, no deseaba verse sin plumas y desnudo.
Ahora buscaría lugares lúgubres y oscuros para vivir, pues había sido tanta su soberbia que Dios le había quitado todas las plumas, pues fue a pedirle
Mas plumas, a lo que Dios le respondió, para ti, nunca será suficiente. . . . . . . Ahora te quedarás como fuiste desde el principio de los tiempos; no te daré una sola pluma.
Y lo arrojó hacía abajo, cayendo estrepitosamente en el Lago, estaba avergonzado y sin poder hacer ya nada, la bella Hada se condolió de él y lo arropó en sus manos, pero era verdaderamente horrible, lo llevó nadando hacia una de las grutas que daban con el Lago y lo colgó en unas salientes de roca, de ahora en adelante, solo saldrás de noche a buscar alimento, pues de día no ves y podrías lastimarte. . . Le dijo. . . Se alejó tristemente dejando al murciélago llorando de arrepentimiento, había aprendido la lección; pero ya nada podía hacer.
Pronto oscurecería; el sol comenzaba a ocultarse detrás de las montañas, dejando un bellísimo paisaje con las nubes que resaltaban pintando el cielo de diversos colores, entre naranja, violeta y rosado; el joven Sadaviddif llamaba a sus ovejas y con su compañero de trabajo, un perro llamado stravi correteaba a las ovejas reuniéndolas para regresar al corral, La hermosa Hada todo lo observaba, veía al hermoso Sadaviddif, pero temía sufrir, no deseaba correr la misma suerte que su querida hermana, así que triste lo vio alejarse, tocando bellamente la flauta, su música embriagaba sus sentidos y la hacía sentirse feliz, ahora solo esperaría que llegara el nuevo día para volver a encontrarse con él.
Mientras el joven se alejaba tristemente, porque no había podido ver a su hermosa Hada, de la cual había quedado prendado.
Al llegar a casa Sadaviddif le contó a su madre, de la hermosa Hada y del bellísimo pájaro de hermosas plumas, que nunca había visto uno igual, la madre sorprendida, le prepara un guiso especial, pan recién horneado con nueces, avellanas y salpicado con ajonjolí, olía delicioso y estaba aún calientito recién salido del horno, le acompañó con un espumoso chocolate y le dijo. . .. Creo que esta vez si aceptará desayunar contigo.
La madre del joven creía que eran sueños del joven, ella nunca había visto una Hada ni pájaros, así como lo describió su hijo, pero para no desanimarlo, le cocinó todo eso con el mayor esmero.
Llegó el joven al Lago y esta vez emergió la bella Hada luciendo esplendorosamente un bello traje reluciente de color blanco, en seda con hilos de plata, era una extraordinaria visión, tras de ella, caminaban como si fuese tierra miles de vacas negras, sorprendido Sadaviddif, no sabía qué hacer, pero recordó lo del desayuno y se lo ofreció a la Hada, quien esta vez aceptó y disfrutó junto con el joven el rico desayuno. No decía nada, las vacas salieron del lago y se mezclaron entre las ovejas, en eso, sale del Lago un Bello ser lleno de Luz y con una hermosa Corona. . . Era el Padre de la Hermosa Hada. . . Le habla al joven y le dice. . . Mi hermosa hija, se ha enamorado de ti, me duele mucho que se vaya contigo, pero he aceptado que se casen porque sé que eres bueno y trabajador. Te regalo todas esas vacas con la única condición de que venga a verme cada atardecer, solo unos momentos, de no hacerlo, la traeré conmigo y nunca volverás a verla.
Sadaviddif, estaba realmente sorprendido, no sabía que decir, la joven, le dijo a su padre que así lo harían, que vendría a verlo cada tarde y que lo amaba muchísimo. El Padre abrazó a los jóvenes y con lentitud, se fue sumergiendo en el Lago. Se esperaron todo el día, a que pastaran las ovejas y las vacas, éstas eran tantas, que el joven no se explicaba de dónde habían salido, a lo que la joven solo se reía feliz, observaban todo a su alrededor maravillados de la naturaleza tan divina, las nubes regocijándose con el viento, se escondían en las altas montañas, formando miles de figuras, los pájaros entonaban bellos trinos, y extrañado le contó a la joven del hermoso pájaro de plumas multicolores, le dijo. . . Hubieses visto que bello, lo vi. . . Le dijo la Hada y le contó la triste historia del murciélago. Ya comienza a oscurecer, debemos irnos, mañana dispondremos todo para la boda dijo feliz Sadaviddif.
Tomados de la mano y arriando el montón de animales. Emprendieron el viaje a casa donde su sorprendida madre, no salía de su asombro al ver la hermosa joven.
Solo no debemos olvidar visitar a mi Padre cada día por la tarde, dijo la joven. Se casaron y vivían muy felices; pero un día asistieron a la fiesta de unos vecinos y la joven en plena fiesta; le dice a su esposo, tengo que ir a ver a mi Padre… No vayas. . . Estamos muy felices gozando de la fiesta. . . Debo ir, le dice la Hada. Pero Sadaviddif la toma de la mano y la lleva a bailar, bailaban felices al son de la música y ante las risas y júbilo de los presentes, pues hacían una hermosa pareja, ya que los dos eran muy hermosos. Se olvidaron de la hora, y ella no fue al Lago.
Llegaron a casa, trataron de no pensar en ello, la Hada había decidido ir al amanecer a ver a su Padre y pedirle disculpas. Se durmieron felices, muy abrazados. Por la mañana, al despertarse el joven buscó a su amada, pero ésta, había desaparecido, asustado corrió hacia el Lago, la llamó y llamó; pero no hubo respuesta alguna, el Lago estaba agitado y no podía ver hacia dentro, de la cueva salió volando el murciélago y le dijo. . . Su Padre se la ha llevado lejos, ella iba llorando, pero por desobedecer, los ha castigado. Se fueron hacia otros mundos, donde nunca puedas encontrarlos, pues debemos siempre obedecer, yo por vanidoso, perdí mi hermosura, ahora tú perdiste a tu amada. El feo murciélago, se alejó hasta la cueva, viendo llorar con desesperación al joven, que sin pensarlo, se arrojó al Lago, de donde nunca volvió a salir.
Desde entonces su madre le llora y se asoma al Lago, para ver si encuentra a su hijo y a la Hermosa Hada.
Y colorín colorado, este cuento, se ha terminado.
Comentarios