Hit ciudadano en el ex estadio de béisbol

Todo cambia, nada permanece, pareciera ser la lección vertida en las redes sociales por una parte de la ciudadanía nayarita al protestar contra la iniciativa del Ejecutivo Estatal  que pone en venta, el terreno del ex estadio de béisbol para  liquidar el adeudo que tienen con la Universidad Autónoma de Nayarit. Esta fue aprobada con urgencia por el Congreso Local. La deuda se deriva de un impuesto especial que los contribuyentes pagaron y el Gobierno del Estado, como retenedor, no lo remitió en tiempo y cantidad a la casa de estudios.

El problema no se gesta en el vacío, se da en una circunstancia donde confluyen al menos cuatro factores: a) las dificultades para contraer deuda nueva, b) las redes sociales que afirman su rebase a los medios de comunicación tradicionales, lo que c) desacredita la versión oficial en medios; y, d) el arranque oficial de las pre-campañas políticas que orilla a los aspirantes para alinearse con un poder que cuenta con muchos medios para definir el reparto global de candidaturas y los previsibles triunfos.

Las enseñanzas que deja el triunfo de la protesta social, si hay voluntad, tocan a todos los actores institucionales, veamos:

El Ejecutivo Estatal aprendió que, en lo futuro, las iniciativas no sólo deben ir fundamentadas, sino consensadas con la sociedad civil y ya no únicamente con los personeros políticos.  El error brotó y el gobernante entró en nuevo error, seguramente sin escuchar a sus asesores declaró que será la universidad la que defina el destino del bien.  Eso no podrá ser, pues violaría la resolución del Congreso.

El Congreso del Estado aprendió que las aprobaciones de las iniciativas del ejecutivo, por urgentes que les sean requeridas a los que votarán a favor, reclaman de un cierto estudio que dé certidumbre a la decisión que van a tomar.

La “oposición” debiera aprender que, en los debates de hoy, decir solo “no” es ya insuficiente. Los argumentos los tenían a su alcance y perdieron la oportunidad de mostrarse como una verdadera oposición cargada de información que diera soporte a su negativa. No supieron gestionar la información y ahora se montan sobre la iniciativa generada en el seno de la sociedad que igual ellos mismos no consultaron. Por lo pronto algunos de sus correligionarios ya se alinean con el poder aspirando a que algo les toque en el reparto.

Las autoridades universitarias aprendieron que cuando se hable de la Universidad lo mejor es pedir derecho de voz para aclarar dudas a tiempo y no a toro pasado como lo fue en esta ocasión.

Ahora sólo queda esperar que la Universidad aclare al gobernador que ella no puede decidir sobre el destino del terreno pues no hay decreto legal que la autorice. Mientras tanto, cuenta con la posibilidad de aprovechar al máximo la oportunidad que las circunstancias le brindan para propiciar un diálogo abierto con los inconformes y demostrar que, en Nayarit, las cosas entre gobernantes y gobernados se pueden hacer por la vía del diálogo abierto y apegado a derecho a condición de que los participantes reconozcan que la UAN es, realmente, “patrimonio de los nayaritas”.