Los mexicanos somos la raza de bronce
Sergio Mejía Cano
09 de Diciembre de 2022
Junto con algunos de mis contemporáneos cuando éramos jóvenes físicamente, pensábamos que con los avances científicos que se estaban dando, ya para el siglo XXI estarían erradicadas casi por completo infinidad de creencias de todos tipo, así como la discriminación y el racismo al darse a conocer desde aquella década de los años 60 del siglo pasado de que no había razas inferiores ni superiores, sino que por el clima de las diversas zonas del planeta, los nativos se tenían que adaptar al clima imperante en sus hábitats.
Y así como avanzaban los conocimientos científicos también el arte y la cultura se comenzó a abrir paso profundizándose cada vez más, pues gran parte de los habitantes del occidente se empezaron a adentrar en las milenarias filosofías orientales que, conformándolas con las occidentales se fue consolidando una filosofía suigéneris que, aunada a la era hippie fluyeron pensamientos y colores muy diferentes de los usados y utilizados hasta ese entonces. La música dio un cambio radical apareciendo las canciones de protesta las que claramente denunciaban lo que se había callado, haciendo con esto que se despertaran muchas conciencias para adentrarse en el porqué del comportamiento humano.
Sin embargo, al parecer todos esos avances científicos y en el arte y la cultura psicodélica a la mano que mece la cuna no le pareció en lo absoluto, por lo que casi a nivel mundial se comenzó a bajar el nivel educativo cerrándose muchas áreas que se estaban esparciendo entre la juventud, pues era algo que incomodaba al estatus de los adultos que se sentían ofendidos porque muchos jóvenes los estaban aventajando en el pensamiento humanista y cultural, así que no ere posible seguir permitiendo que la juventud aventajara a los adultos, por lo que se cambió todo lo logrado hasta entonces para así apaciguar a aquellos jóvenes rebeldes que pensaban en un mundo mejor y, ese mundo mejor se les comenzó a dar a través de películas, otro tipo de música más rosa y con lecturas que en sí no llevaban a ningún lado más que al mutuo engaño.
Hoy en día con el pretexto de la paridad de género se ha tergiversado enormemente el idioma que hablamos en nuestro país, utilizando ahora un léxico más denigrante que de igualdad de géneros. No hay nada más ridículo oír o leer aquello de “las y los”, siendo que la Real Academia de la Lengua desde siempre ha establecido que utilizando el plural en masculino se engloban ambos géneros; claro que es muy diferente a decir o escribir las y los habitantes, pero cuando se dice o se lee “las y los diputados” ya en sí se está denigrando el artículo las, porque en vez de paridad de género también se les está marcando a “las” con el género masculino al decir “diputados” y no diputadas.
Pero el problema mayor aunado al lenguaje, es que se ha incrementado más el racismo y la discriminación, pues se ha documentado que hay restaurantes y tiendas en donde no permiten la entrada de gente pertenecientes a las muchas etnias que existen en nuestro país, como se dio a conocer recientemente en un restaurante en la Ciudad de México en que a las personas de piel oscura o pertenecientes a la raza de bronce, no les permiten la entrada o los sientan en lugares apartados o lejos de los ventanales. O como más recientemente en que en algunos medios informativos se dijo que en un restaurante de la ciudad de Nogales, Sonora, no se les atendió a unos niños rarámuris.
El que persista en nuestro país el racismo y la discriminación, podría deberse más bien a la educación tanto en las escuelas desde la educación básica hasta las de estudios medios y superiores, así como en las familias; pero también por las televisoras y anuncios comerciales en medios impresos y de propaganda de todo tipo en donde se muestran personas de piel blanca, de pelo rubio y ojos claros, siendo que la mayoría de los mexicanos no casamos con este tipo de gente, sino que la mayoría somos morenos tanto por el mestizaje como por la herencia de nuestras raíces autóctonas. Y para quienes los mestizos que se sienten más españoles que de las etnias del país, deberían de tomar en cuenta que Bernal Díaz del Castillo en su libro “La vera historia de la conquista”, afirma que Moctezuma Xocoyotzin tenía la piel más clara que Hernán Cortés. Aunque hay quienes dicen que posiblemente porque Moctezuma se bañaba diario y Cortés se guardaba en su propia mugre y por lo asoleado. Deberíamos tener en cuenta nuestra realidad tanto en las escuelas como en las familias.
Sea pues. Vale.
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