Tepic, Nayarit, jueves 21 de noviembre de 2024

Nayaritas del centenario

03 de Diciembre de 2022

"Nosotros somos de Bellavista. Mi papá fue arriero, se llamaba Manuel Tovar. Tenía como once o diez burritos en su casa, estaba re chiquita la casa. Él acarreaba leña para los calderos de Bellavista, los leñeros les decían ahí. Un montón de leña que acarreaba, se necesitaba mucho vapor en la fábrica. Se hacía manta ahí en Bellavista, yo trabajé en la fábrica, tenía como unos dieciocho cuando empecé. Estuve encargado de dos telares, uno de manta y otro de gasa. Fue en tiempo de la guerra; se mandaba toda la gasa en barco para Europa. Mi mamá nunca trabajó, estuvo malita. Estaba yo trabajando en la fábrica y me fueron a hablar para decirme que mi madre se había lastimado. Le cayó un tejabán que le pegó en el pómulo y ése fue su fin, se puso mal. Estuve trabajando en la fábrica como tres años o cuatro hasta que dos amigos fueron a invitarme a ver si no quería irme a formar un grupito en Tepic. Yo era músico. De mis hermanos fuimos músicos casi todos, nada más uno no. Fuimos once hermanos. De chiquillo, tenía unos catorce años o quince y andaba jugando a las pichas, fue un hermano mío a invitarme. Quería que me enseñara a tocar la batería porque tenían una tocadita en Pantanal y que una boda y no sé qué. Fui, y como en tres o cuatro días, más o menos, le agarré a la batería y así fuimos a tocar a la boda. Un maestro enseñó a tocar a mis hermanos los más grandes, a mi hermano Manuel le enseñó a tocar el saxofón. Manuel tocaba el saxofón tenor y la trompeta tocaba también. Mi hermano Cruz tocaba muy bien el saxofón también. Formamos la Orquesta de Los Hermanos Tovar y fuimos hasta Santa Rosalía. Nos embarcamos ahí en Mazatlán mis hermanos y algunos amigos, éramos nueve. Nos subimos a un barco de carga, La Estrella Costera. Mi hermano Manuel iba un poco enfermo, sabe qué tenía, pero así se fue. Llegamos hasta La Paz, en Baja California, después de dos noches y dos días. Sabe cómo estuvo, que llegando al embarcadero encontramos unos músicos, re bien que nos recibieron y pues nos llevaron a un hotel ellos. Ahí estuvimos, pero casi no había tocada, estaba muy escaso el trabajo. Lo que sí había era mucho calor. Hicimos un amigo que transportaba en su camioneta barriles de petróleo. Él nos llevó en su camioneta hasta el kilómetro doscientos once, donde ahora es Villa Constitución. Salíamos a tocar con un señor que se llamaba Don Toño, nos dio chance de que viviéramos en su casa unos días. Seguimos la ruta, volvió a pasar el amigo que transportaba petróleo y nos llevó a los nueve con todo y equipaje. Nos fuimos otra vez con él hasta Santa Rosalía y vivimos en su casa un tiempo. Salíamos a buscarle a los mariscos hasta que mi hermano se nos puso malo, tuvimos que regresarnos porque ya se nos andaba muriendo. Agarramos un barquito, más chiquito y peligroso. En cuanto alcanzamos a llegar a Guaymas, de ahí nos empezamos a venir para acá de uno por uno, según cómo agarrábamos el carro. El primero que se tuvo que venir era mi hermano Manuel, era el que estaba malo. De uno por uno llegamos aquí y luego lueguito lo llevamos al sanatorio para que lo vieran. En lugar de aliviarlo, una enfermera que no tenía mucha experiencia le puso la sangre que no era de su tipo y lo mató. Ahí quedó mi hermano, ahí se murió. Nos quedamos en Tepic, después fue cuando formamos la Orquesta Olímpica. Salíamos a tocar a los mariscos, a buscarle para sacar. Entonces ahí por la Veracruz había muchas señoras que vendían camarón. Tocábamos en uno, unas cuatro o cinco piezas, y luego nos íbamos a otro y así. Duramos algún tiempecito, hasta que se murió mi hermano Chon, él tocaba el saxofón. Poco se fue deshaciendo el grupo. Yo después iba con otro grupo que eran de Mora, una orquestita, yo les ayudaba, me convidaban. Íbamos a Yago, un pueblito muy pintoresco, y allá tocábamos. Teníamos muchos amigos, íbamos cada ocho días. Éramos buenos, pero mis compañeros les gustaba mucho tomar. De uno por uno se fueron muriendo y se desbarató también ese grupito. Toqué con otro amigo que hice de Santa María del Oro, formamos un grupito con otros de Santa María y yo iba cada ocho dias a ayudarles. Así me la pasaba, mi compañero falleció. Poco a poquito ya no podía tocar, ya no había con quién tocar. Ya me dediqué a estar con la familia. Me casé y tuve seis hijos con mi señora, catorce nietos y ya tengo dos bisnietos. Hoy ajusto ya noventa y cinco años y me van a festejar."

Santiago Tovar, 95 añosMúsicoÉl es #nayaritadelcentenario

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