Los cultivos modificados genéticamente nos podrían acabar

En la conferencia matutina que ofrece el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) del miércoles 09 de este noviembre, el mismo presidente dijo que al menos un senador republicano del vecino país del norte insistía en que nuestro país debería de comprar maíz amarillo el que posiblemente sea transgénico, a lo que México se ha negado rotundamente para así, proteger los cultivos nacionales y, por la posibilidad de que dicho maíz amarillo pudiera provocar algunas enfermedades.

Al señalar esto AMLO, de que posiblemente dicho maíz podría provocar algunas enfermedades a los mexicanos, da a pensar en que posiblemente el gobierno federal sabe algo más al respecto que aún no se le dice a la población y despierta cierta sospecha, porque al decirlo el mismo presidente mexicano, tal vez ya tiene informes sobre lo que podrían ocasionar a la química orgánica las gramíneas modificadas genéticamente, pues no por nada han aparecido nuevas enfermedades y resurgido otras más que se decía ya estaban controladas tales como el cólera, el sarampión, la viruela, la poliomielitis, tuberculosis, etcétera; y si bien algunas de estas enfermedades no han estado controladas del todo, al menos sí se había reducido su aparición, como la tos ferina.

No es muy descabellado pensar en que la química artificial tuviera mucho qué ver en cuanto a la deficiencia de la salud en ciertos sectores de la población si no es que, en todos los sectores, pues ahora con la pandemia que se desató en 2019, esta no dejó títere con cabeza, pues se llevó a gente de todos los estratos sociales y no nada más como suele suceder de que muchas enfermedades atacan solamente a las clases más bajas en poder adquisitivo.

Y no es muy descabellado pensar o creer que las semillas modificadas artificialmente son dañinas para los humanos, porque se ha documentado alarmantemente que abejas y otras especies polinizadoras han muerto al hacer su natural y habitual acción de polinizar, ¿por qué? Pues precisamente por encontrar en los cultivos bacterias injertadas artificialmente en dichos cultivos que, tal y como lo han señalado infinidad de científicos y versados en cuestión agraria de que en forma natural esos injertos no se darían jamás, pues dichos cultivos se han modificado genéticamente con elementos que el suelo jamás podría producir.

El problema aquí sería el hecho de que desde siempre se ha dicho que los gringos nos han tomado a los latinoamericanos como una especie de laboratorio mandándonos alimentos ya echados a perder o experimentales y, si los aguantamos a pesar de enfermar, a los gobiernos y científicos estadounidenses les sirve para ver los errores cometidos en sus experimentaciones y así seguir investigando.

¿Por qué la insistencia de ese senador republicano que señala AMLO de que hasta pondrá una queja al congreso de su país para que se revise el “TECMEC” o algo así respecto a la viabilidad de la compra de granos transgénicos?, tal y como si nuestro país estuviera obligado a adquirirlos por acuerdo comercial. De ahí a la mejor la negativa de AMLO a comprar ese maíz amarillo y decir que posiblemente traiga enfermedades, por saber algo más que no se os ha dicho a la población mexicana; pero que, por lo mismo esta negativa con el afán de proteger en parte la salud en nuestro país.

¿Y por qué proteger en parte la salud de los mexicanos? Pues simple y sencillamente porque la industria dizque alimenticia es muy poderosa, porque con los agregados químicos que se le agrega a dicha comida industrializada se afecta la salud de sus consumidores. Basta con leer siempre los ingredientes que vienen impresos en paquetes y empaques de la comida también denominada como chatarra, para comprobar que la mayoría de esos químicos están considerados como cancerígenos y, además se ha documentado que las fritangas de maíz que se venden embolsadas, posiblemente contengan maíz transgénico.

Respecto a lo de que los gobiernos gringos nos mandan alimentos echados a perder o caducos, cierta vez se documentó que, cuando la llamada guerra fría entre los Estados Unidos y la desaparecida URSS, en los EEUU se habían construido por parte de los gobiernos de aquel entonces como ricos empresarios, varios bunkers para protegerse ahí de una posible guerra nucleas, llenando dichos bunkers con infinidad de alimentos para soportar el tiempo necesario mientras bajara la radiación nuclear; pero, como pasaba el tiempo y esos alimentos envejecían, ¿qué hacer con ellos? Pues mandarlos a Latinoamérica.

Sea pues. Vale.