El conflicto laboral burócrata que viene
Sergio Mejía Cano
08 de Septiembre de 2022
Se ha despertado una gran inquietud, desasosiego, desazón y, desde luego mucha incomodidad, entre los trabajadores al servicio del estado y municipios en Nayarit, debido a una declaración del secretario General de Gobierno, Juan Antonio Echegaray Becerra, que apareció recientemente en algunos medios informativos locales, portales de internet y, desde luego en las redes sociales, respecto a que se eliminarán las prestaciones adquiridas por estos trabajadores por acuerdos políticos.
Al peguntarles a varios de los burócratas del estado y municipios, más de uno de ellos respondió que quien lo dude, el ejemplo palpable es que, este pasado mes de diciembre de 2021, ya no se les dio el arcón navideño que durante muchos años les fue otorgado; aparte de que ya se les debe el pago de algunas de estas prestaciones de las que muchas de ellas no se podrían considerar privilegios, tal y como se dice, lo afirma el abogado Echegaray Becerra, pues varias de estas prestaciones son conquistas laborales ganadas legalmente y jamás impuestas mediante extorsiones o amagos de la clase trabajadora a la clase patronal, en este caso, los gobiernos estatales y municipales.
Esta disposición por parte de dichos gobiernos, acarreará cierta inestabilidad económica no nada más a los trabajadores que sean víctimas de este corte de prestaciones, sino también para la economía del estado, pues a falta de una industria fuerte en la entidad nayarita, la economía se basa más bien en el comercio, un comercio que hace fuerte precisamente la burocracia tanto estatal como municipal, una burocracia que representa a una gran mayoría de los habitantes de esta entidad.
Sin embargo, como siempre el ruido mediático ya comenzó a hacer mella entre algunos sectores de la sociedad que atienden más lo dicho por parte de estos gobiernos, respecto a que no hay dinero en las arcas para satisfacer todas esas canonjías que recibe la burocracia nayarita, que ganan mucho, que son muchos días de aguinaldo el que se les otorga y un largo etcétera que, quienes no tienen acceso a este tipo de prestaciones, ya sean trabajadores de negocios y comercios o que trabajen por su cuenta, se creen este cuento de que la burocracia de a pie es la que se lleva la mayor parte del presupuesto; pero es todo lo contrario, ya que es la alta burocracia, políticos y funcionarios, quienes se han llevado siempre la mayor tajada del pastel presupuestal y, ya no se diga quienes ganan sin trabajar, los denominados “aviadores” y que ha sido una lacra muy difícil de erradicar, muy difícil; pero no imposible, porque de querer, desde cuando que se habrían limpiado las nóminas que pagan dos o más plazas sin que, quien cobra por ellas las trabaje.
Así que el descontento entre los burócratas de a pie se ha estado enfocando en decir que no es por ellos el que no alcance el presupuesto del erario o de que las arcas estatales y municipales no se recarguen, sino que la real situación la ha estado generando a lo largo de los años, los altos salarios de regidores, presidentes municipales, diputados locales y funcionarios de todo tipo que maman de la ubre presupuestal y no por parte de los burócratas de a pie, quienes nada más la ven llegar un poco a fines de año, precisamente por un aguinaldo que ya tiene años que les autorizó y, del que ninguna culpa tienen los trabajadores por el que se les ha dado y, que ahora, es uno de los pretextos para quitárselos, siendo que es algo ya ganado, firmado y establecido, lo mismo que las demás prestaciones a las que pomposamente ha dado en llamar el secretario General de Gobierno, como “privilegios”, pues no son nada de eso, sino simple y sencillamente, conquistas laborales aprobadas en su momento por las anteriores administraciones. El cómo se les hayan dado, eso queda entre aquellas administraciones y dirigencias sindicales que, por supuesto tendrían que estar avaladas legal y constitucionalmente.
Entre la ciudadanía que aplaude la decisión gubernamental por quitarles estas prebendas a los burócratas de a pie, deberían de tomar en cuenta que ni con todas esas prestaciones, se ajusta a lo que señala el artículo 123 en cuanto a cómo deben de ser los salarios mínimos, ya que en el apartado “A” de este artículo, en su fracción VI, establece claramente que “Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos”.
Sea pues. Vale.
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