El hábito no hace al monje

El artículo 3º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, establece claramente que “Todo individuo tiene derecho a recibir educación”, por lo tanto, cuando profesores y directores de los planteles de la Educación Básica suspenden a algún o algunos alumnos por determinadas causas, obviamente que incurren en una flagrante violación a este artículo constitucional.

Y esto porque se dan casos que, por determinado tipo de vestimenta o de apariencia personal, se ha llegado a suspender a los alumnos, sobre todo, últimamente por traerlo pintado o largo, lo mismo por no portar el uniforme de la escuela, etcétera. En todo caso, se les podría llamar la atención en alguna forma, pero tampoco sería conveniente, debido a que lo estrafalario de algún tipo de vestimenta de alumnos y alumnas, a quien le correspondería en todo caso si gusta o no, sería a los padres de familia y no a los docentes y directores de las escuelas; y menos, si dichos estudiantes son cumplidos en sus clases y tareas correspondientes, pues ya se sabe que el hábito no hace al monje.

El cómo vestirse y cómo traer el pelo, largo, pintado, corto o al rape, es cuestión de la libre autodeterminación personal de cada quien, si alguien se siente ofendido por la apariencia de otras personas, pues que se aguante mientras no le cueste nada o no le pidan nada para que alguien ande en las calles y escuelas como mejor le venga, porque en todo caso, sería en la propia familia de esas personas inconformes con la apariencia de otras personas, no permitirle a los suyos andar en la misma forma y listo.

Lo malo en el caso de los planteles escolares, es que tanto profesores como directores, anteponen sus propias convicciones tratando de aplicarlas en los alumnos de ambos sexos; y malo, porque atacan esa libre autodeterminación personal de cada quien. ¿En qué afecta a los docentes que los alumnos anden como quieren y les gusta andar?

Ya desde hace tiempo se han visto a profesores de ambos sexos obligando a sus alumnos a cortarse el pelo, dizque para que traigan “pelo de hombre”; sin embargo, esta expresión no denota otra cosa más que ignorancia, pues está documentado y comprobado que, a lo largo de la existencia de la humanidad, los varones han traído el pelo largo; pero que, por cuestiones militares, a los soldados y combatientes se les sugería cortarse en pelo debido a que, en la lucha cuerpo a cuerpo, el pelo largo era determinante para derrotar al oponente al jalarlo y así someter o dominar al enemigo. Así que traer el pelo largo, no es porque un varón se sienta mujer ni mucho menos, sino por gusto y nada más. Y, el pintárselo tanto mujeres como algunos varones, pues ya es o sería cuestión de estética y vanidad y nada más; pero ¿afectaría en algo el traer el pelo largo o pintado la inteligencia de quien traiga el pelo así?

A mediados de los años 60 del siglo pasado, la mayoría de los alumnos traíamos el pelo largo por la influencia de los Beatles y, desde luego por la era hippie, y jamás la hicieron de tos tanto profesores como directores de las secundarias, ¿por qué? Pues porque la mayoría de los profesores jóvenes también traían el pelo largo; claro que no así los directores y profesores ya mayores de edad, de los que algunos de ellos nada más pujaban al ver al estudiantado todo melenudo.

Lo curioso del caso es que, algunos compañeros de la infancia y secundaria que en su momento en aquellos años de los 60 trajeron el pelo largo, cierta vez ya en la actualidad, a algunos de ellos, que ya son profesores pensionados y jubilados, no les parece que los jóvenes traigan el pelo largo y pintado, pues cierta vez estando en la Plaza Principal frente a Catedral, al estar comiendo gente un grupo de jubilados y pensionados, pasaron unos muchachos con estilo “punk”, es decir, con el pelo puntiagudo y pintado de colores como guacamayas y, uno de estos compañeros que había andado con melena en sus años mozos, comenzó a criticar a esos muchachos, por lo que le dijimos que se acordara cuando él andaba con la greña hasta los hombros o más abajo, atinando a decir este compañero que aquellos eran otros tiempos; obviamente que esta expresión la tomamos debido a la edad, pues si antes eran otros tiempos, ahora eran los de estos muchachos.

Así que debe haber libertad absoluta en cómo quiere andar hoy en día en cuanto a vestimenta y apariencia se refiere y, no tomar como parámetro lo que para algunos es la buena presencia y para otros la comodidad, así que, cada quien.

Sea pues. Vale.