Nayaritas del centenario

“Soy de aquí de Tepic. Nací en la estación del ferrocarril. Mis padres eran obreros ferrocarrileros, mis abuelos, mis hermanos y tíos fueron obreros ferrocarrileros. Nos dedicamos al transporte de personas y de carga. Yo anduve de buchón metiendo palos en la vía, el primer escalón de abajo para arriba. Me integré a los doce años a la militancia del Partido Comunista de Nayarit, tenía de amigos ferrocarrileros a los dirigentes y pensé seguirles sus pasos. A mis doce años pasé mi primera prisión. Era clandestino el partido entonces, yo estaba chiquillo y no daba sospecha cuando citaba a las reuniones, ése era mi trabajo. Trabajé en el ferrocarril hasta el cincuenta y ocho o cincuenta y nueve por una lucha histórica en la que participamos. Fui preso político del gobierno de Ruiz Cortines y de Adolfo López Mateos acusado de disolución social. Yo tenía dieciocho años, fui elegido presidente en asamblea en la ciudad de Guadalajara. Fui dirigente de los compañeros de vía, se me acusaba por haber parado en todo el país los ferrocarriles. Nosotros padecimos desde el cuarenta y ocho un sometimiento de líderes sindicales impuestos por el gobierno, luchamos por eso. Caímos presos y al siguiente día se paró el país, estuvimos encerrados en el Palacio Negro. La consigna era que si nos fallaban haríamos un paro nacional y se cumplió, los obreros jalaron. Primero cuatro horas, luego ocho horas y al día siguiente que vamos para afuera. La presión obrera usó sus métodos y nos echaron fuera. Hubo adhesiones del magisterio, de los electricistas, de los petroleros, era un movimiento de democratización. Continuó la lucha, primero con la construcción de casas habitación, pero lo principal que le hacíamos ver al gobierno es que en los cerros se sacaba material ferroso que se llevaba a Estados Unidos sin pagar el acarreo. En camiones nos llevaban a donde estaban las sedes militares, nos llevaban presos, eso hacía el gobierno. Asaltaron las sedes sindicales en todo el país soldados y policía, llevaron presos muchos maestros que eran simpatizantes del movimiento. Anduvimos huyendo por todo el país para librarnos de la prisión pero por fin caímos otra vez. Con López Mateos se refrendó nuestra prisión. Estuve preso unos años, cuando me detuvieron me llevaron al Campo Militar número uno, me pasaron a Lecumberri y me trasladaron a Guadalajara. Ahí la pasamos bien, éramos once compañeros, el comité de huelga. Nosotros representábamos al Ferrocarril del Pacifico con sede en Guadalajara. Cuando salí me fui a la militancia del Partido Comunista. Ya había estudiado la carrera en el magisterio, pero en ninguna parte me daban trabajo como maestro ni como nada, había listas negras para que en ningún lugar te dieran trabajo. Yo ya quería tener mujer, quería hijos y todo eso. La fianza que tenía estaba pesada. Me fui a Sonora a solicitar una plaza allá, nadie me pudo ayudar. Tenía dos pesos cuarenta centavos y tres cigarros Delicados para irme de Hermosillo a México. Otros cabrones campechanamente se la llevaban, allá me los topé en México. El ministro de Educación de Díaz Ordaz me consiguió una plaza y así empecé a trabajar en la escuela Ángela Peralta. Di clases unos seis meses y luego me fui al Estado de México y con los años pude volver a Tepic, aquí estuve en la escuela Narciso Mendoza cerca de veinte años. Ahora estoy jubilado y me dedico al Partido, en ese tiempo me hice secretario y aquí estoy todavía. Celebramos cien años del Partido hace unos meses.”

Blas Zamudio, 86 años

Comunista ex obrero 

Él es #nayaritadelcentenario