Cantantes, en la historia cultural de Nayarit
Gilberto Cervantes Rivera
16 de Junio de 2022
****RECORDEMOS A LOS PERSONAJES QUE FUERON PARTE DE LA HISTORIA CULTURAL DE TEPIC: JOSÈ ALFREDO JIMÈNEZ SANDOVAL, LUCHA VILLA, MANUEL “LOCO” VALDÈS, GERMÀN “TIN TAN” VALDES, VERONICA CASTRO, MÓNICA MIGUEL, JOSÈ JOSÈ, EL SANTO, ANTONIO PARTIDA VALDOVINOS, RUBEN OLIVARES, JAVIER SOLÍS, LA CHILINDRINA, ROSENDA BERNAL, ENTRE OTROS., LO QUE NOS PERMITE ASEGURAR QUE NAYARIT NO ES UNA ENTIDAD CUALQUIERA.
Una de las canciones más famosas que compuso José Alfredo Jiménez es La media vuelta. Hasta hoy tiene un gran significado para los mexicanos debido a que es una de las favoritas de Luis Miguel, pero en su momento fue una declaración de amor por parte del Hijo del Pueblo a una de sus musas.
Fue en 1961 la primera vez que La media vuelta fue interpretada por su compositor, José Alfredo Jiménez, y aunque en su momento él no llegó a revelar para quién estaba escrita, se sabía que siempre se inspiraba en sus desamores y romances para hacer sus canciones, por lo que los rumores no tardaron en comenzar a circular.
Para ese entonces había una mujer que comenzaba a ser parte de la vida diaria de José Alfredo, Lucha Villa. La Grandota de Camargo se había convertido en una de las más importantes cantantes de Chihuahua y había muchos interesados en impulsar su carrera para que se convirtiera en una estrella nacional, fue entonces que algunos productores la contactaron con el compositor.
Lucha era una gran admiradora del intérprete de Paloma Querida, motivo por el que gran parte de su repertorio se concentraba en él, por ello es que se buscó que los cantantes se conocieran e intentaran trabajar juntos.
Desde el principio la relación habría resultado buena. Alfredo y Lucha compartían intereses y gustos en cuanto a música, por lo que la química inmediatamente los hizo saber que sí podían lanzar de la mano algún proyecto.
Sin embargo, Jiménez habría comenzado a desarrollar sentimientos por la cantante y los reprimió por un tiempo, pero no quería que lo que sentía por Villa se quedara ahí, así que hizo lo que acostumbraba cuando llegaba una nueva musa a su vida: le compuso una canción.
Aunque pareciera una canción de desamor, el Hijo del Pueblo habría escrito La media vuelta a Lucha Villa deseándole que tuviera grandes éxitos en su carrera, la cual apenas estaba comenzando.
José Alfredo quería que su colega tomara el mejor camino, aunque eso significara que lo dejara en el olvido por aceptar nuevas oportunidades, pues habría sido tal su cariño, que eso ya no le importaba.
Es así que La media vuelta se convirtió en una de las primeras canciones que la intérprete de Tú a mí no me hundes grabó en un estudio para su lanzamiento como cantante.
La canción rápidamente se convirtió en un éxito, por tanto, La Grandota de Camargo consolidó su fama como una de las primeras rancheras de alcance nacional.
No obstante, también existe la versión de que La media vuelta sólo habría sido una canción más para José Alfredo y sólo se la habría dado a Lucha porque confiaba en su talento y la quería apoyar.
El rumor de que los cantantes llegaron a tener un romance los persiguió a lo largo de sus carreras, pero ninguno confirmó si fue real, pues de haberlo sido, comprobaría que él le habría sido infiel a alguna de sus esposas.
Y es que Lucha y Jiménez se convirtieron en una de las más importantes coplas de la época, interpretando juntos canciones como Si nos dejan, El siete mares, Cuando nadie te quiera, Pa’todo el año, entre otros temas.
Según llegó a revelar la hija de la chihuahuense, Rosa Elena Miller, ella habría sido testigo del romance que su mamá y el cantautor mantenían, pues habría escuchado las conversaciones que tenían cuando se encontraban en diferentes países. El no reconocido romance entre José Alfredo y Lucha, para el extinto Salvador Lazarini Oliveros fue real y se dio en Tepic, donde ambos artistas le daban vuelo a la hilacha en un hotel que està enfrente de la Escuela Secundaria Amado Nervo; el llamado filosofo de la canción ranchera, tenía un corazón grande y muy bello, pero físicamente era feo aunque con bastante pegue con las damas. Hijo de Agustín Jiménez Albo y de Carmen Sandoval, nació en la ciudad de Dolores Hidalgo, en el estado mexicano de Guanajuato, donde pasó sus primeros años de vida, hasta poco después de la muerte de su padre en 1936, quien era dueño de una farmacia denominada "San Vicente". José Alfredo tenía tres hermanos: Concepción, Víctor e Ignacio, este último murió quemado cuando una refinería de Salamanca ardió por causas desconocidas; el canta autor jamás se recuperó de la depresión que le causó la muerte de su hermano, tirándose a la bebida para olvidar. A los once años de edad llegó a Ciudad de México donde desde adolescente empezó a componer sus primeras canciones. Su madre abrió una pequeña tienda que no prosperó, por lo que José Alfredo tuvo que contribuir a la economía familiar y desempeñó múltiples oficios, entre ellos, el de camarero; fue además jugador de fútbol. Participó en los equipos Oviedo y Marte de la primera división de fútbol mexicano, en la posición de portero, llegando a coincidir como compañero de equipo con Antonio "La Tota" Carbajal. Más tarde, fue miembro de un grupo llamado "Los Rebeldes". El restaurante donde trabajaba, "La Sirena", era frecuentado por Andrés Huesca, quien escuchó algunos de los temas del entonces joven cantautor, entre los cuales estaba "Cuando el destino" (canción en la que José Alfredo tenía mucha fe) y "Yo"; Huesca decide grabar esta última inmediatamente y a raíz de ahí cantó en 1948 por primera vez en la emisora de radio XEX-AM y meses después en la XEW-AM, en la que se catapultó a la fama. Se casó con Paloma Gálvez con quien tuvo dos hijos, José Alfredo y Paloma. Posteriormente, en la relación que sostuvo con Mary Medel, tuvieron cuatro hijos, Guadalupe, José Antonio, Martha y José Alfredo. José Alfredo convivió en sus últimos años de vida con la entonces joven cantante mexicana Alicia Juárez, a quien conoció en 1966, cuando ella tenía 17 años, y con la que se casó en 1970.2 Con ella grabó un álbum en 1972. José Alfredo Jiménez murió en la Ciudad de México, el 23 de noviembre de 1973, a la edad de 47 años, a consecuencia de la cirrosis hepática que padecía desde hacía años; según palabras de su última esposa, la agonía de José Alfredo fue terrible. Sus restos descansan en el cementerio de su pueblo natal, tal y como anticipó en su canción "Camino de Guanajuato" y "Gracias". Chavela Vargas fue íntima amiga de José Alfredo Jiménez. Ella cuenta que cuando los médicos dijeron al compositor que le quedaban dos meses de vida, la llamó para "correrse la última juerga" juntos en unión del también compositor Tomás Méndez, autor de Cucurrucucú. Estuvieron tres días con sus noches cantando, bebiendo y desmesurándose en el Tenampa, el mítico bar de la plaza Garibaldi, en la capital mexicana. Cuentan que cuando Jiménez falleció, Chavela acudió a su velatorio, y se desplomó cantando y llorando, bien servida. En Tepic vive su primo José Jiménez Sandoval, autor de una canción llamada El Libro de los Dioses, la cual le fue comprada por José Ángel Espinoza, Ferrusquila, en 500 pesos; Pepe Jimènez octogenario, sobrevive litigando desde hace 40 años, durante los que ha vencido en juicios laborales, agrarios, civiles y penales, a prominentes abogados de Nayarit. Nuestra entidad no es un estado cualquiera, así como ha tenido Gobernadores de lo peor, ha prohijado talentos histriónicos, siendo clásico ejemplo Mónica Miguel la esposa del extinto Noé Murayama; Antonieta de las Nieves,
La Chilindrina y Rosenda Bernal la que también descolló en la música; vale agregar al sitial de visitantes distinguidos a deportistas de la talla del Santo, quien seguido se metía a chupar en las cantinas de Tepic, dejando al maestro Antonio Partida Valdovinos que peleara por él, ya que mi gran amigo Toño aprendió del famoso luchador el arte del pancracio; de igual forma nos visitaba el famosísimo Rubén “Púas” Olivares, el cual se daba gallo poniéndose como placa de tráiler. De igual manera nos engalanaba con su presencia el malogrado Javier Solís, este en plan de cantarle al pueblo de Tepic, sus hermosas interpretaciones; pero, asómbrese, no pocas veces vino a la capital en plan de farra José José, el príncipe de la canción romántica, quien duraba varios días inflando vidrio y se la curaba hasta con Tonayan; finalmente damos cuenta de la presencia que hacían en Tepic, los hermanos Manuel y Germàn Valdès; el primero andaba noviando con nuestra paisana Verónica Castro y el pachuco no salía de San Blas; enamorado de la ojiverde Manolita de Córdova, rodó ahí la primera parte de su película El Capitàn Mantarraya, la que terminò en Acapulco….
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