Prohibido prohibir
Sergio Mejía Cano
02 de Junio de 2022
Con motivo del día mundial sin tabaco, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), firmó un decreto para prohibir la circulación y comercialización de vapeadores y cigarrillos electrónicos en nuestro país. Esto, por el daño que causan entre quienes los usan y, además, porque la promoción de estos cigarrillos electrónicos, en vez de inhibir las ganas de fumar las acrecientan entre los consumidores.
Desde luego que no se hicieron esperar las voces en contrario, porque uno de los eslogan cotidianos de AMLO, es decir “prohibido prohibir”, por lo que con esta firma se esta desdiciendo; sin embargo, habría que ver que esta prohibición es en aras de la salud de gran parte de la población, sobre todo en aquella a la que en cuanto se comenzaron a comercializar estos vapeadores y cigarrillos electrónicos, causaron gran sensación y por ende, mucha aceptación, tal vez por la novedad y porque así sucede por lo regular cuando sale a la venta algo y que de inmediato se pone de moda, para posteriormente pasar prácticamente al olvido.
Y en verdad que se ha documentado que más que beneficio, estos cigarrillos electrónicos perjudican la salud debido a los compuestos químicos; pero, además, porque contribuyen a la contaminación, si no en lo inmediato, sí cuando se dejan de usar y que son echados a la basura.
Si ya de por sí, tan solo las bachichas de los cigarrillos tradicionales son altamente contaminantes, ahora estos aparatos conformados con plástico y algunos hasta con vidrio, tal y como si fueran jeringas pero sin aguja, al llegar a los basureros municipales y romperse o quebrarse, su contenido obviamente que va a dar al suelo pasando al subsuelo contaminando los mantos freáticos, aunado a los demás líquidos que genera la basura, incluso hasta la basura que desechas los hospitales, clínicas, etcétera.
Entre las voces en contrario que se empezaron a oír por esta prohibición, se dice que ahora aparecerá el mercado negro de estos utensilios, porque si bien queda prohibida la circulación y comercialización de estos productos, no se dice que está prohibido su consumo; aunque se entiende que todo se engloba, porque si quedan prohibidos en nuestro país, queda claro que también se prohíbe su consumo. Y desde luego que podría darse el mercado negro de los vapeadores y cigarrillos electrónicos; sin embargo, este mercado podría no fructificar debido a no ser lo mismo que la mariguana y demás drogas que en sí, alteran la mente. Así que si se da el mercado negro de los vapeadores, quizás sea momentáneamente, por aquello de que lo prohibido llama más la atención; pero al no producir ningún efecto como el de cualquier otra droga más fuerte, podrían pasar al olvido rápidamente y quedar en pura historia, pasando esta moda tal y como han pasado infinidad de productos que, en su momento fueron muy procurados y ahora ya mucha gente ni se acuerda de determinados artefactos como el mentado “tamagochi” y otros juegos manuales de destreza, etcétera.
Ahora bien, hay quienes dicen que no se debió prohibir la comercialización de los vapeadores y cigarrillos electrónicos, sino regular su venta a mayores de edad. Pero el caso es que la prohibición fue en aras de la salud de la población de todas las edades y sexos, por lo que posiblemente no se reguló nada más su venta, sino por el daño que causan y que, como lo dijo el doctor Hugo López-Gatell, tal vez más daño que el del cigarrillo convencional. El problema es que, por desgracia, en nuestro país muchas de las prohibiciones y señalamientos para que un producto se venda únicamente a mayores de edad, por lo regular no aplica, pues cada quien se da sus mañas para conseguir lo que se pretende, desde bebidas alcohólicas, cigarrillos y, hasta que menores de edad ingresen a páginas de pornografía, así estén sus padres cerca de ellos.
Es obvio que cada quien llega hasta donde quiera y pretende llegar; sin embargo, en lo referente a las bebidas alcohólicas u otro tipo de drogas, ya sean naturales o sintéticas, llega el momento en que una persona ya no se puede ya detener, agarrando una bajada que para mucha gente se convierte en algo insalvable y sin retorno.
Así que, si a alguien no le importa en absoluto la prohibición de los vapeadores y cigarrillos electrónicos y trata de conseguirlos por algún medio, tal vez no se detenga hasta que los médicos le digan que ya no hay marcha atrás en cuanto a su salud, porque sus análisis indican que ha fumado desde que nació, así tenga apenas 25 años de edad.
Sea pues. Vale.
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