La historia es elemental para el buen desarrollo de la humanidad
Sergio Mejía Cano
17 de Mayo de 2022
En el sexenio anterior (2012-2018), encabezado por Enrique Peña Nieto, se anduvo promoviendo constantemente la eliminación de la materia de Historia en educación básica, para poner más énfasis en matemáticas y español; incluso, el entonces secretario de la Secretaría de Educación Pública, Aurelio Nuño, a cada rato mencionaba esto aduciendo que, la materia de historia distraía a los alumnos de las demás materias.
Afortunadamente esto no prosperó, sobre todo por ser una aberración absoluta, ya que la historia es elemental para el desarrollo de la humanidad; sin embargo, aun así, hay mexicanos que no les interesa en absoluto saber del pasado tanto de su propio país, como de la historia universal. De ahí que hoy en día, haya mexicanos de ambos sexos que, por desconocer nuestro pasado, tanto inmediato y de más atrás, se les hace extraño o les parece mal que se esté haciendo lo posible para volver a dignificar a nuestro país con la soberanía que significan o significaron en otros tiempos como áreas estratégicas para nuestra Nación Mexicana, como lo son la electricidad, el petróleo y las vías de comunicación, entre otras tantas cosas que se tienen que recuperar por el bien de México.
Y, por lo mismo, por desconocer prácticamente la historia de nuestros antepasados, a buena parte de las nuevas generaciones, se les hace fácil discriminar a integrantes de las etnias autóctonas; tan así, que los creen seres de segunda clase sin tomar en cuenta que, los hoy llamados indígenas son o fueron alguna vez los verdaderos dueños del suelo que pisamos actualmente. Lo bueno es que, se nos ha enseñado nuestra historia desde mucho antes de la llegada de los españoles a esta parte del continente y, algunos de los libros que hablan al respecto señalan fehacientemente sobre los abusos que cometieron los españoles a las naciones originales de esta parte del continente que hoy llamamos América; las masacres que cometieron hasta casi desaparecer a las razas que habitaban lo que hoy es México. Masacres que cesaron hasta que se dieron cuenta de que ocupaban gente para que les sirviera de esclavos para construir sus ciudades, cultivar y cosechar y hasta pescar, de no haber sido por esto, tal vez hayan prácticamente acabado con los habitantes de esta parte del continente. Algo que casi logran los europeos que invadieron la parte norte del continente, en donde diezmaron considerablemente la población auténtica, por lo que tuvieron que importar gente del continente africano para que les hicieran los trabajos pesados y de todo tipo.
Y si bien en nuestro país sí está documentado mucho de los daños y perjuicios ocasionados por los ibéricos, al parecer en el vecino país del norte nada de esto les han enseñado a los descendientes de esos aventureros en busca de fortuna, en donde, al igual que muchos españoles, al norte llegaron muchos individuos con un sinfín de enfermedades y, más notorias, las mentales.
Y es posible que a los descendientes de los locos y aventureros que llegaron a lo que hoy son los Estados Unidos de América, no se les haya dicho cómo se forjó esa nación, cómo exterminaron a los que llamaron indios, desapareciendo infinidad de tribus y a los sobrevivientes, mandándolos a reservas en lugares inhóspitos y casi inhabitables. Tal vez no les han dicho que, los verdaderos dueños de ese suelo no son los güeros ni cualquier otro descendiente de los europeos y, que si ellos, los europeos están ahí debido a la invasión de sus antepasados, los ahora llamados afroamericanos, sus antepasados no llegaron por gusto a este continente, sino que fueron traídos a la fuerza para esclavizarlos y sobajarlos aún hasta nuestros días.
En los Estados Unidos se ha dejado crecer la supuesta “supremacía blanca”, una supremacía de lo más abyecta y aberrante, ya que esa supuesta superioridad de la raza blanca, no es otra cosa más que la inferioridad que sienten ante las demás razas. Recordemos la frase que se le atribuye a Lafragua: “La violencia es temor a las ideas de los demás y poca fe en las propias”.
Obviamente que, las culturas tanto de los Estados Unidos y la de México son muy diferentes, pues en México, la mayoría de sus habitantes somos mestizos, y en los Estados Unidos no.
Ningún libro de historia y ni Bernal Díaz del Castillo en su libro de “La vera historia de la conquista, refieren de que hayan visto casos de corrupción, robo y deshonestidad entre las naciones autóctonas por las que iban pasando, antes de su llegada a la Gran Tenochtitlan.
Sea pues. Vale.
Comentarios