Sin restricción identificado con el Movimiento Renovador Nacional (MoReNa) que tiene en Andrés Manuel López Obrador su principal exponente, José Luis Sánchez González aspira ser candidato a gobernador de Nayarit por la unidad de las izquierdas.
Esa es la razón por la que no comparte la alianza contranatura PRD-PAN, aun siendo militante del primero, pero además por ningún concepto se dice dispuesto a suscribirla.
“Soy un convencido de que la alternativa es construir un gran frente de centro-izquierda, donde el PAN no tiene nada que hacer, que apuntale también la lucha nacional por la presidencia de la república”.
José Luis Sánchez González en la actualidad participa en el proceso electoral local por la gubernatura de Nayarit como precandidato de la coalición “Por el cambio verdadero” que integran PT y Convergencia.
Aunque reza porque no suceda, José Luis afirma que en Nayarit es real el riesgo de ruptura entre la alianza Partido del Trabajo-Convergencia, como hipotéticamente también pudiera producirse con la coalición PRD-PAN, debido a las enormes diferencias que manifiestan los seguidores de Martha Elena García y Guadalupe Acosta Naranjo y que producirá un inevitable choque de trenes.
Ante ese posible escenario, Martha Elena García Gómez podría ser la candidata a gobernadora por los partidos Convergencia y Acción Nacional, mientras que Acosta Naranjo iría por el PRD.
ANALFABETISMO POLÍTICO
Es entonces que vienen incontenibles decires del entrevistado sobre la personalidad de Martha Elena: “Sostengo la tesis que representa los intereses de la oligarquía doméstica, es como la heredera de la vieja Casa Aguirre, dueña de tierras; sarcásticamente digo que es la Emperatriz Carlota, con su corte de acompañamiento. Con Martha se daría el continuismo y el pueblo nayarita no saldría del atraso social que hoy se encuentra. Si gana, en Nayarit habría retroceso como de 500 años, pues se instalaría en palacio de gobierno el analfabetismo político”.
Sin embargo, José Luis Sánchez González dice, no con plena seguridad, que Martha Elena estaría legalmente impedida para participar como candidata de Convergencia y PAN, cuando es que ha sido inscrita por la coalición PAN-PRD como precandidata al gobierno. “De acuerdo con la ley, quien ya participó en un proceso tendría problemas legales”.
ENCHUFADO AL RÉGIMEN
Del diputado federal con licencia, Guadalupe Acosta Naranjo, dijo: “Sus conexiones con el régimen son evidentes. Ese enriquecimiento súbito tiene un origen. De dónde saca el dineral que despilfarra en esta campaña electoral. Yo afirmo que todos los precandidatos a gobernador estarían fuera, descalificados, si el órgano electoral actuara conforme a derecho, porque han rebasado por mucho los topes no sólo de precampaña sino hasta de campaña. Y el único candidato que quedaría en la escena política sería yo”.
NULIDAD COMO ADMINISTRADOR
También tiene parte para el precandidato del PRI al gobierno estatal, Roberto Sandoval Castañeda. De él expresó: “Obviamente no nos convence la postulación de Roberto Sandoval por lo que representa. Roberto es un rostro nuevo en política, pero al mismo tiempo es un joven viejo. Y es un joven viejo porque está atrapado por la maraña de intereses del sistema, de los poderes fácticos, porque carga sobre sus espaldas todo el desprestigio del priismo. Porque como presidente municipal de Tepic fue nulidad en una materia fundamental: seguridad pública, pero además en el manejo administrativo de las finanzas públicas, dejará estratosféricamente endeudado al ayuntamiento. Me parece que todo eso descalifica a Roberto Sandoval en su pretensión de gobernar Nayarit
IZQUIERDA SUBORDINADA
Sánchez González sostiene que aspira a la unidad de izquierda en torno a su candidatura, pero advierte que la izquierda en Nayarit ha perdido el rumbo. Profundiza: “Hay cierto extravío y un gran vacío ideológico. Eso es triste y lamentable después de que la izquierda en Nayarit fue vanguardia. Recordemos el 75, entre otras fechas históricas”.
Después de casi tres lustros de ausencia, parte de ese tiempo forzada, José Luis Sánchez González expresa que al regreso encontró en Nayarit a una izquierda amodorrada, en repliegue y en actitud derrotista. Conformista con las migajas que representan diputaciones y regidurías plurinominales, incluso de puestos burocráticos. Se ha acostumbrado, dice, a ser subordinada de la burguesía.
“Justamente mi esfuerzo tiende a reconstruir y reposicionar a la izquierda, y por eso mi discurso también pone el acento en aspectos ideológicos. Yo propongo unirnos para tomar el poder y cambiar las cosas en el estado y en el país, por encima de intereses y mezquindad personales”.
POCO ATRACTIVO
Pero ante la perspectiva de la ruptura, “porque un elemento principal que se atraviesa, es el encanto que despierta en los dirigentes de Convergencia la candidatura de Martha”, González Sánchez no sabe si sería candidato del Partido del Trabajo, pero además analiza que tan atractivo le resultaría serlo de un solo partido. Y luego enfatiza: “Yo aspiro a la unidad de izquierda. De hecho, prácticamente puse en predicamento mi militancia en el PRD, pues soy el vicepresidente del comité estatal en Jalisco, y al aceptar fungir como precandidato por esta alianza me coloco casi fuera del partido. Lo hice, primero porque no comparto la alianza contranatura PRD-PAN, y segundo, porque soy un convencido de construir un gran frente de centro-izquierda que apuntale también la lucha nacional por la presidencia de la república con Andrés Manuel como candidato. La línea del Movimiento Renovador Nacional ha sido de total rechazo a estas alianzas aberrantes, antihistóricas y contrarrevolucionarias”.
CRECE SIN RECURSOS
Lamenta que en la ocasión presente los partidos de la alianza por la cual compite, no le han proporcionado ni el mínimo de recursos tanto económicos como materiales, pero también encara bloqueo mediático, lo cual dificulta su posicionamiento. “Enfrento una situación desventajosa y adversa”.
Sin embargo, por lo obtenido hasta la fecha con base en la aportación de sus propios recursos, lo mantiene medianamente satisfecho. “He tenido una respuesta sorprendente, impresionante, de la gente, que no es nada despreciable (llenó el Teatro del Pueblo). Cuando menos logré ser un referente más. No digo que haya alcanzado la competitividad deseada, pero seguro estoy que si se me abren los medios, cuando menos ponen a mi disposición el tiempo oficial que tienen PT y Convergencia y se me dota de recursos, creo que puedo entrar a la competencia con posibilidades de romper esa polarización”.
Visiblemente contento el entrevistado argumenta que se fortalece su movimiento, marchar con tres cuatro mil personas demuestra que tiene perspectiva el esfuerzo. José Luis Sánchez González irrumpe favorablemente en el escenario político de Nayarit, afirma. Luego dice que al lugar que visita en campaña, surgen compañeros simpatizantes de hoy o de ayer, otros más que están inscritos en el movimiento de Andrés Manuel que comparten la línea de no alianza con el PAN.
GOBIERNO AGRARISTA
Enseguida le suelto la pregunta a bocajarro: ¿Para qué ser gobernador de Nayarit?
La respuesta textual de José Luis Sánchez González, oriundo de Ixtlán del Río, de 53 años de edad, es como sigue:
“Yo quiero ser gobernador de Nayarit porque creo que al estado le hace falta un cambio, una transformación profunda y radical en la vida política, económica y social, a efecto de posibilitar que nuestro pueblo logre conquistar estadios superiores de existencia.
Yo, desde muy joven, desde los tiempos de Alejandro Gascón Mercado, me identifiqué con esta causa, y desde entonces la he defendido y procurado honrarla. Pienso que las propuestas e ideas que nosotros tenemos podrían hacer posible el mejoramiento de las condiciones de vida de nuestro pueblo, la conquista de una sociedad más justa, más humana, más solidaria, más libertaria, más independiente, más soberana. Creo que nosotros sí podemos, sí queremos y tenemos con qué; no me refiero a metralletas o cañones, sino a las ideas, que son revolucionarias. Lo que se ocupa en Nayarit es una verdadera revolución en el campo, porque este es un estado con vocación agraria, por tanto el gobierno tiene que ser agrarista, poner en el centro de la agenda política gubernamental al campo y los campesinos”.
BASTANTE PREPARADO
-¿Le gustaría ser nuevamente diputado local?
-“Me gustaría más ser gobernador. Ya fui diputado federal, ya fui diputado local... Me he preparado. Creo que tengo la capacidad para desempeñar una responsabilidad de esta naturaleza, soy licenciado en Derecho, soy licenciado en Administración de Empresas, soy técnico en Contabilidad. Fundé cien colonias en Nayarit y Jalisco, he cumplido diversas tareas políticas, a lo largo de mi vida he participado en luchas por la justicia y la libertad. Me siento con mejores credenciales que cualquiera de los otros aspirantes al gobierno de Nayarit”.
MARXISTA-GUADALUPANO
Cuando fue diputado local durante el gobierno de Rigoberto Ochoa Zaragoza (1993-1999), José Luis Sánchez González fue desaforado. Le pregunto si guarda rencor a ROZ o ya superó ese trauma. Contesta:
“Fíjate que yo tengo formación cristiana: soy marxista-guadalupano. Te mentiría si te dijera que no sentí coraje, indignación, hasta un sentimiento de impotencia porque nada podía hacer cuando encima de mí estaba todo el peso del Estado, tan sólo porque no me doblegue frente a Rigoberto y al “Piro” (se refiere a Sigfrido de la Torre Miramontes, quien en ese época fue procurador de Justicia y secretario general de Gobierno). Padecí resentimiento, pero el tiempo y mi propia formación religiosa me ayudaron a superarlo”.
DE SOBERBIO A ALFEÑIQUE
Luego narra que el día que se registró como precandidato llegó al motel La Loma (en Tepic) y sentado frente la mesa encontró al exgobernador Rigoberto Ochoa Zaragoza, pero lo observó como un alfeñique, un guiñapo, no como aquel hombre en el poder soberbio y prepotente. “Estuvo a unos metros de mí, pero no tuve ganas de dirigirle la mirada, pero tampoco de insultarlo, ni mucho menos; me pasé de frente, pero al mismo tiempo vi como la historia cambia. El exilio de aquel entonces fue muy doloroso para mí, fue un dolor callado”.
Acepta que ni siquiera pensó en retirarse de la política, “aunque si me deprimí, tuvieron que pasar dos años para sobreponerme al golpe, al impacto de esa experiencia (el desafuero), porque todo mi proyecto lo tenía en Nayarit, mi familia en Nayarit, la gente de mi movimiento en Nayarit, todo, todo en Nayarit. Sin dinero, que no ha sido mi propósito hacer fortuna, dedicado a sobrevivir, entonces cuando me privan de mi puesto de diputado y el salario, y me persiguen, y me giran 18 órdenes de aprehensión y arremeten contra del PFRAP (Partido del Frente Revolucionario de Acción Patriótica), mi familia, mi esposa y mi hija. Rigoberto estaba desatado, quería liquidarme a como diera lugar. Evidentemente me sentí reprimido, sobre todo impotente porque no podía quejarme ante autoridad alguna, todas las controlaba el gobernador. Asimismo sujeto al lanzamiento de todos los medios en mi contra, objeto de una campaña de linchamiento, acusándome de pillo, bandolero, delincuente…”
Explica José Luis que cuando se produce el desafuero salió de Nayarit. “Porque, además, para desaforarme tuvieron que establecer estado de sitio en torno a la Cámara de Diputados. Realizaron la sesión casi secreta y la pudieron hacer con el apoyo de la policía judicial. Al parecer, lo que buscaba Rigoberto era simplemente librarse de mí, que no siquiera causándole problemas, porque yo lo había interpelado cuando tomó posesión como gobernador frente (al presidente) Salinas de Gortari, y eso jamás me lo perdonó, y además desde la tribuna de la cámara lo estuve denunciando a él y al “Piro” (lo menos que les dijo fue que Rigoberto y “El Piro” eran amantes) por eso su odio enfermizo en contra mía”.
ECHEVARRÍA, UN IMPOSTOR
Quien ordenó la ejecución de aquellas órdenes de aprehensión fue el gobernador Antonio Echevarría Domínguez (1999-2005). Mandó la policía a Guadalajara y detuvieron a José Luis para refundirlo a la penal de Tepic. “Por fortuna ahí no permanecí mucho tiempo, cuatro meses, gracias a que los procesos maquinados, causas penales artificiales, fueron fácilmente combatibles. Pero también logre libertad gracias al apoyo popular”. Manifiesta que Echevarría actuó en su contra porque negó apoyo a su candidatura a gobernador de Nayarit, mientras lo hizo desde el exilio a favor de Alejandro Gascón Mercado. A mí Echevarría nunca me convenció, jamás lo consideré un hombre de izquierda, con un pensamiento anticomunista en muchos sentidos, y de pronto salta a la oposición porque no logra su caprichito en el PRI y se presenta como el salvador y mesías del estado. Yo nunca le creí. El tiempo se encargó de darme la razón, porque lo único que cambió en Nayarit durante su gobierno fueron los estados financieros del Grupo Álica”.
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