Una clara falta de cultura vial entre gran parte de la ciudadanía
Sergio Mejía Cano
09 de Mayo de 2022
Indudablemente que los accidentes viales se han incrementado en forma considerable últimamente, tanto en la zona urbana como en las carreteras, pues no hay día en que no se informe sobre percances de vehículos automotrices de todo tipo; pero los que más resaltan son los de motocicletas, ya sea contra automóviles y viceversa o entre moto y moto.
En carretera se han dado los accidentes por lo regular por alcances y desde luego, choques de frente y, hace días se reportó en los medios informativos respecto a un remolque que se le desprendió al vehículo que lo arrastraba, yéndose a estrellar contra un automóvil que circulaba en contra; un accidente poco común que, se dio; aunque no fuera esperado ni por quien llevaba el remolque y, mucho menos por los del automóvil que venía en contra.
Comentando lo anterior con algunos camaradas, se llegó a la conclusión de que, en proporción, sea natural el incremento de accidentes viales debido a que la población ha crecido mucho y, por ende, el parque vehicular, pues es común que, en cuanto un joven ya se siente con la capacidad suficiente para maniobrar un vehículo automotriz, de inmediato quiere carro; claro que, siempre y cuando sus familiares tengan la capacidad económica suficiente. Sin embargo, se dan casos en que amigos de esos jóvenes con ímpetus de andar manejando, les prestan los vehículos que les compró papi o que lo adquirieron por sí mismos gracias al fruto de su trabajo. Pues es justo reconocer que, hoy en día, muchos jóvenes de las nuevas generaciones, en vez de seguir estudiando tienen que trabajar y, que ya una vez ganando su dinerito, prefieren un coche antes que un nido previniendo para el futuro.
Pero también se concluyó entre mis camaradas y un servidor que, si bien muchos de los accidentes de tránsito en la zona urbana son en donde precisamente hay personas jóvenes quienes se ven involucradas en los accidentes de tránsito y, desde luego que, también hay personas mayores que, por equis razones, se ven envueltos en algún tipo de accidente vial y lo malo de esto es que a veces con fatales resultados. Y la conclusión derivó en la falta de cultura vial de la mayoría de quienes andan tras un volante o un manubrio. De la mayoría, porque obviamente que existen personas que podrían andar manejando con todas las precauciones que se requiere y hasta saber al dedillo los reglamentos de tránsito tanto federales, estatales como municipales; pero que por desgracia tienen que pagar las consecuencias de gente atolondrada que maneja un vehículo sin tener un ápice de conocimientos de vialidad; de esa gente que cree que saber manejar en andar por las calles o carreteras a toda velocidad, sin tomar en cuenta y para nada las reglas que rigen el tránsito vehicular tanto en zonas urbanas como en carreteras.
Un claro ejemplo de que a muchas personas que manejan algún tipo de vehículo automotriz les falta considerablemente cultura vial, lo podemos mirar en cualquiera de los cruceros públicos a nivel con las vías férreas, pues es muy raro que alguien haga alto total al llegar o aproximarse a los rieles de dicha vía férrea; mucha gente pasa sin precaución alguna, a pesar de que existen en esos cruceros señalamientos muy claros que dicen claramente “ALTO, PARE, VEA, OIGA”. Y el problema es que no nada más hay gente que no hace alto total al llegar a una vía férrea, sino a cualquiera otra intersección y menos si es una calle con una avenida; personas que dan vuelta en “U” que, por lo regular está prohibida en la mayoría de calles y avenidas, o que se pasan semáforos con luz roja, nomás porque no vienen otros vehículos en donde hay luz verde en ese semáforo; y lo peor de estos casos es que, no nada más son ciudadanos comunes quienes violan las reglas de tránsito en estos casos, sino también patrullas tanto de cualquiera corporación policíaca y hasta de vialidad ya sean municipales o estatales y sin llevar códigos y sirenas abiertas, sino nada más porque tal vez se sienten con ese derecho de violar sus propias reglas, pues ni modo que se infraccionen a sí mismos.
Se ha dicho que, quienes tienen que poner el ejemplo, son los que imponen una mala práctica con el antecedente y común razonamiento de buena parte de la ciudadanía al decir que, “quien tiene la obligación de poner el ejemplo no lo hace, entonces por qué yo no. Y en casos así, ¿con qué calidad moral podría un agente vial llamar la atención a un ciudadano si ese mismo agente acaba de cometer una falta vial igual o peor?
Sea pues. Vale.
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