La universidad requiere de una refundación administrativa

Se ha dicho mucho que la UAN está en crisis. Pero se ha dicho para denostarla, no para solventar sus problemas. Y en realidad, la crisis profunda de la Universidad es de corte administrativo-financiero, porque ningún Instituto de Educación Superior en Nayarit tiene el número de investigadores que tiene la UAN en el Sistema Nacional de Investigadores ni el porcentaje de docente con perfil prodep. Son más de 100 investigadores en el SIN y más del 60 por ciento de docentes con perfil prodep. Sin embargo, la Universidad es una de los IES en la entidad con un raquítico presupuesto en comparación con el costo por alumno de los demás centros educativos. Eso se debe incuestionablemente a la desatención financiera de los gobiernos federal, estatal y municipales, respecto a que se hace caso omiso de un mandato constitucional, de la gratuidad de la educación superior y de la obligatoriedad gubernamental de su financiamiento.

Pero, además, de estas cuestiones constitucionales, está el problema financiero-administrativo interno de la UAN. En este sentido cabe hablar de una refundación en este periodo de campaña y elección de un nuevo Rector o Rectora, según sea el caso. 

Claro que no somos ingenuos, y ya se habla de que los dados están cargados para ungir a la nueva autoridad universitaria. Pero independientemente de esos menesteres, la Universidad requiere democratizarse y estructurarse de tal manera que se acaben los grupos de poder o pandillas y se lleve a cabo una verdadera vida institucional.

Para empezar, se requiere que la UAN deje de ser corporativa y que se evite la concentración y centralización del Poder. Debe haber una estructura de autoridades colegiadas en las cuales participen las autoridades unipersonales. Y, sobre todo, debe evitarse que se manipulen a las autoridades colegiadas. 

Cuando el Dr. Castellón fue rector de la Universidad, se hizo un intento, pero los intereses de grupos impidieron que se siguiera con ese esquema democratizador. Hoy existen las condiciones para hacerlo. Al cobijo de la 4T se puede hacer un nuevo y renovado intento por democratizar la vida de la UAN. Y de paso, barrer las escaleras de la corrupción universitaria de arriba para abajo. 

Los órganos de gobierno universitario deben reestructurarse. El rector no tiene porque tener tanta concentración y centralización de Poder. Él es a especie de un poder ejecutivo. Y en funciones administrativas y académicas, debieran existir dos consejos independientes y no uno solo. Uno seria para los asuntos administrativos y el otro sería para los asuntos académicos. Y el rector no presidiría ninguno de estos consejos. Para el caso de la educación media superior, sería algo semejante que para el nivel superior. En cuanto a los órganos académicos, estarían representados fundamentalmente por académicos con una representación de los estudiantes. Y en cuanto al consejo administrativo estaría representado por autoridades unipersonales, docentes, sindicatos y federación de estudiantes. En fin.