Ya hay precandidat@s a la rectoría de la UAN
Octavio Camelo Romero
12 de Diciembre de 2021
La “crisis universitaria” no es nueva ni novedosa. Al cierre del año 2014 se vislumbró un conflicto de intereses. Los becarios del CONACYT se quejaban de la no entrega en tiempo, forma y cuantía de las becas. Otro tanto sucedía con los becarios al desempeño académico. Entre los jubilados se escuchaba que “el fondo de jubilados y pensionados” estaba desfondado. La aparente tranquilidad universitaria de ese entonces estaba prendida con alfileres. Y el malestar afloró cuando a los académicos y a los trabajadores administrativos y manuales de la UAN simplemente se les dijo que no recibirían aguinaldo ni prestaciones de ley porque no había dinero. Los controles se descontrolaron; las organizaciones gremiales que se suponía controlaban a sus agremiados fueron tan flexibles que espontáneamente y al margen de ellas surgió un frente de lucha por el incumplimiento de las obligaciones de ley. La inconformidad rebasó los márgenes permitidos por las dirigencias y se estuvo a un paso de la anarquía. La sobriedad de los inconformes y de los dirigentes sindicales permitió la concordia donde todo parecía discordia. Se estableció la comunicación y se marchó desde la ciudad de la “cultura” hasta el extinto jardín “San Román” para reclamarle equivocadamente a la autoridad equivocada el “dinero” que hacía falta a la UAN, con el propósito de que se cumpliera con la obligación consignada en el contrato-ley y en la Ley Federal del Trabajo. Supimos que el entonces “gobierno de la gente” y la federación habían entregado en tiempo y forma los respectivos recursos financieros a la universidad y el rector de la “alma mater” había recibido un préstamo para pagar la segunda quincena de diciembre del 2014 y algunas otras prestaciones de ley, quedando pendiente para un futuro incierto lo del aguinaldo.
El año 2015 entra con un mal sabor de boca, provocado por el incumplimiento de las obligaciones patronales estipuladas en el contrato-ley. No se entregó el aguinaldo pactado, aunque las demás prestaciones de ley se entregaron extemporáneamente el día 30 de diciembre del 2014. En la historia de la Universidad no se había tenido una situación semejante. El dirigente del SETUAN en una arenga frente a sus trabajadores, en ese entonces dijo que a la caja universitaria entran anualmente poco más de 1,700 millones de pesos y que la nómina junto con las prestaciones de ley de los universitarios es alrededor de 1,400 millones de pesos. Que tanto la Federación como el Gobierno del Estado habían entregado lo que les correspondía. Por lo tanto, se preguntó: ¿Qué pasó con el dinero universitario? Y no hubo respuesta.
Y en 2016 nuevamente no se entregan los aguinaldos porque no se tiene dinero, con el agravante, que se acusa al ex rector Juan López Salazar de haber malversado fondos público-universitarios. Y hasta esa fecha el nuevo Rector no había cumplido con la obligación de la entrega del aguinaldo porque dijo, no tener dinero.
La crisis universitaria del 2017 es una crisis múltiple porque es una crisis organizativa, es una crisis económica, es una crisis política y es una crisis moral. Y es que la UAN ya requiere de una refundación a fondo y transparentar todas sus actividades. Desde años atrás se ha dicho que los cuatro sectores, el SPAUAN, el SETUAN, le FEUAN y la RECTORÍA se gastaban varios millones de pesos al año. Y hasta hace relativamente poco se transparentó el manejo de los recursos.
En 2018, 2019, 2020 y 2021, no solo se agudizó la crisis universitaria, sino que a ella se le agregó una actitud agresiva del Gobierno del Estado con una campaña de desprestigio y, desde 2019, la amenaza del Gobierno de AMLO de dejar a la universidad sin recursos. Por todo ello, las precandidaturas a la Rectoría de la UAN deben ser de maestr@s con autoridad moral, solvencia académica y experiencia político-administrativa. En fin
Comentarios