Legisladores de ambos sexos que violan flagrantemente el artículo 61 constitucional
Sergio Mejía Cano
16 de Noviembre de 2021
El artículo 61 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, dice que: “Los diputados y senadores son inviolables por las opiniones que manifiesten en el desempeño de sus cargos y jamás podrán ser reconvenidas por ellas.
“El presidente de cada Cámara velará por el respeto al fuero constitucional de los miembros de la misma y por la inviolabilidad del recinto donde se reúnen a sesionar.”.
Y el diccionario de la Real Academia Española, señala respecto a la palabra inviolable que: “1.- Que no se debe o no se puede violar. U. m. referido a lugares sagrados o, también, a leyes, derechos, promesas, etcétera. 2.- Que goza de inviolabilidad.”. Y respecto a reconvenir, la misma academia aduce que: “Censurar, reprender a alguien por lo que ha hecho o dicho. 2.- Dicho de un demandado: ejercitar, cuando contesta, acción contra quien promovió juicio. “.
Así que, en cuanto a este artículo constitucional, ¿qué es lo que no entienden o no pueden ni saben aplicar los actuales legisladores de ambas Cámaras? Porque si bien, al tomar posesión de sus cargos protestan cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanen, hoy en día, y ya tiene tiempo en que, en cuanto un legislador, ya sea mujer o varón en tribuna, del partido que sea, comienza a pisar callos señalando malos pasos o malas acciones tanto de determinado político o partidos, ya es un hecho cotidiano que de inmediato se trate da acallarla o acallarlo gritándoles improperios y hasta epítetos ofensivos y que por lo mismo, prácticamente no lo dejan hablar o mejor dicho, tratan de que no se oiga lo que está señalando el legislador que está en tribuna, violando así flagrantemente la Carta Magna que protestaron cumplir y hacer cumplir, pues se supone que, de acuerdo al artículo 61 en cuestión, deberían de permanecer callados y escuchando lo que está diciendo la legisladora o legislador en turno al estar en tribuna, ¿o no debe ser así?
Porque de acuerdo a la esencia y espíritu de dicho artículo constitucional, diputados y senadores son inviolables y no pueden ser reconvenidos por las opiniones y manifestaciones que estén haciendo, ¿en dónde? Pues precisamente en tribuna y no estando sentados en su curul; así que, al tratar de callar al legislador o legisladora que está hablando en tribuna, con ese simple hecho ya están violando a todas luces la protesta que hicieron al tomar posesión de sus cargos. Entonces, ¿por qué se pasan por el arco del triunfo tanto su protesta como lo que señala tácitamente el artículo 61 constitucional?
Y si bien se ha visto en el Congreso de la Unión que, el presidente de cada Cámara trata de velar muchas de las veces que se respete el fuero, la mayoría de las veces nadie le hace caso al seguir con sus gritos, protestas o señalamientos contra el legislador que está hablando en tribuna; y lo curioso del caso es que, la mayoría de legisladores que trataron de que no hablara el que estaba en tribuna, cuando a esos que gritaban y pataleaban por sentirse aludidos, cuando les toca estar en tribuna, se molestan y llaman la atención del presidente de la Cámara correspondiente, para que callen a los que están haciendo lo mismo que, esa legisladora o legislador había estado haciendo un poco antes.
Se ha documentado y se entiende que, el fuero constitucional tal y como quedó plasmado por el constituyente en 1917, fue debido al asesinato del senador chiapaneco Belisario Domínguez por mandato del usurpador Victoriano Huerta, ya que si bien Belisario Domínguez había redactado un discurso incendiario en contra del usurpador, no se le permitió leerlo en tribuna; sin embargo, no cejó en su empeño señalando clara y constantemente cada vez que subía a tribuna, el derrocamiento de Francisco I. Madero y posterior asesinado de este presidente electo legítima y constitucionalmente, junto con el vicepresidente José María Pino Suárez, a manos del traidor Victoriano Huerta, hecho que obviamente molestó e incomodó posiblemente no nada más al mismo usurpador, sino a sus achichincles que nunca faltan y que, por quedar bien con su amo, se sumaron a la desaparición del senador chiapaneco que se había convertido en la piedra en el zapato de los golpistas.
Así que hoy en día, quienes sí podrían ser reconvenidos por sus dichos y actos, serían los legisladores de ambos sexos que, estando en sus asientos, no dejen hablar o expresarse libremente a quien esté en tribuna sacando trapitos al Sol o dando sus razones de acuerdo a sus convicciones.
Sea pues. Vale.
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