Bienestar con equilibrio entre salud y economía: Pavel Jarero

La lucha por la supervivencia ante los impactos aún significativos derivados de la pandemia de Covid-19, constituye sin duda una responsabilidad mayúscula compartida entre la autoridad y la sociedad. Si algo ha quedado claro hasta ahora, es el desafío de mantener un equilibrio entre el cuidado de la salud y la propia subsistencia de cada familia, de ahí la necesidad de conjuntar esfuerzos para evitar retrocesos en el proceso de recuperación.

De conformidad, al Delegado de la Secretaría del Bienestar (Gobierno Federal) Nayarit, Pavel Jarero Velázquez, lo anterior le ha facilitado una visión de contrastes: a la par de lo que celebró como un avance sustantivo la vacunación alcanzada en hasta “el 75 por ciento de la población con la aplicación de un millón 200 mil dosis aplicadas”, destaca el procurar precisamente a través de una sinergia estratégica gobierno y ciudadanos, responsabilidad y cuidados sanitarios correspondientes.

En encuentro con la Unión de Columnistas y Articulistas de Nayarit (UCAN), que coordina el periodista Ezequiel Parra Altamirano, Jarero Velázquez coincidió en que la pandemia ha generado grandes lecciones, y una de estas es la de tomar conciencia del momento en el que se vive, y en consecuencia mucho dependerá de las acciones que en lo individual se ejerzan por parte de  cada persona y evitar afectaciones mayores.

Y es que, desde un principio que el Gobierno Federal estableció el "semáforo de riesgo pandémico", con el propósito de coadyuvar a dimensionar la evolución del mal de acuerdo a las características propias de las entidades federativas y regular cuantía de movilidad popular, se pudo apreciar en realidad dos semáforos: el de la salud enfocado a frenar la ola de contagios, y el de la economía, que requiere indiscutiblemente del flujo mayor posible de personas que inviertan en el consumo y cobertura de toda necesidad básica y demás.

No obstante, continuará siendo un reto titánico el que la sociedad de una nueva normalidad -reflejo indefectible del trance en el que cambió todo-, pueda cuantificar por sí misma el grado de impacto colateral de sus acciones frente a un ‘verde’ económico, como el que prácticamente se ha decretado en todo el país, incluyendo Nayarit; y prueba palpable lo es la fuerte concentración de jóvenes, especialmente los fines de semana en bares y centros de recreación nocturnos, sin medida alguna de protección sanitaria, y por consiguiente, esto ha devenido con cada vez más preocupante frecuencia en desenfreno y libertinaje, según da fe lo ocurrido el último fin de semana en la Capital en un centro nocturno ubicado por Avenida Insurgentes, casi en contraesquina de la Ciudad de las Artes, en donde inclusive se tuvo que recurrir a la dispersión de la multitud que se abarrotó en las afueras del lugar -tomando parte de la avenida-, mediante las fuerzas del orden y a la clausura del establecimiento mismo. Ya no se diga la abierta convivencia de niños y jóvenes sin cuidado alguno en las colonias, en las que hasta adelantaron ya la funesta pirotecnia decembrina, por lo que hace surgir los siguientes cuestionamientos:  ¿quién o quiénes y con el aval de qué autoridad están suministrando material explosivo, alimentando la anarquía sanitaria y todo lo que conlleva en perjuicio colectivo?

Indiscutiblemente, que hay mucho por hacer y analizar. El hecho de la vigencia de la ‘mesa Covid’, en la que concurren autoridades interdisciplinarias de diferentes órdenes de gobierno (Delegación del Bienestar entre ellas) da cuenta de que la pandemia no ha terminado, y la batalla por la supervivencia de la sociedad de una nueva realidad, aún dista de haberse ganado. ¿Cabría la posibilidad de instrumentar un mecanismo especial para enriquecer la comunicación y la agudeza sensitiva de la población, en virtud del peligro inminente al que se enfrenta de cara a las indómitas festividades decembrinas, en las que por los antecedentes tenidos, no hay semáforo que permita regular el comportamiento respectivo? Observemos.

Atención a comunidades serranas

El Delegado de la Secretaría del Bienestar, Pavel Jarero también abordó el tema de la atención a los Pueblos Originarios, que como es sabido, continúan siendo un pendiente importante en cobertura de sus crecientes necesidades de salud, desarrollo, cultura y comunicación, tan es así, que el Gobierno Federal ha impulsado una particular estrategia de acercamiento a ellos, a efecto de cerrar la brecha de la desigualdad, y garantizarse un espacio importante en el devenir como actor que logró unificarlos en torno al cumplimiento pleno de sus derechos plasmados en la Constitución, y potencializar a un tiempo su valía en la historia y la geografía nacional.

Así, Jarero anunció que existe un importante programa agrícola, que se suma a otros proyectos que en su momento se darán a conocer para respaldo de las comunidades indígenas de la serranía. Seguramente, podrán incluir, por lo dado a conocer de parte del Mandatario de la Nación, Andrés Manuel López Obrador, recientemente en la montaña de Guerrero: comunicación estratégica: caminos e interconectividad digital, Internet. 

Hoy más que nunca, la transversalidad adquiere un peso sobresaliente en virtud de la eficacia de marchar sincrónicamente en un mismo objetivo, porque se tiene pleno conocimiento del qué, cómo, cuándo, dónde y por qué, de su impacto y beneficio en el corto y para el largo plazo. Los pueblos originarios hasta hoy son el particular epicentro de un clamor histórico de resistencia y fiel reflejo a su vez, del entendimiento gubernamental de tiempo, circunstancias y del propio contraste cultural de la nación: etnias y mestizos, en su derecho cada cual a la justicia, al progreso y al “derecho de vivir en paz y seguridad”. En marcha entonces, y que sea lo mejor con la llegada por fin y a cabalidad de un nuevo escenario que lo transforme todo en bien de todos.