En La Yesca avanza la democracia

“El sueño se hace a mano y sin permiso. Arando el porvenir con viejos bueyes.”-Silvio Rodríguez.

Fueron cuatro meses de incertidumbre, de intensos debates, de desencuentro de fuerzas y confluencia de objetivos disímbolos, en el epicentro de un conflicto con mayor fondo y añeja sustancia: la resistencia cultural de los ‘pueblos originarios’ del Municipio de la Yesca, Nayarit, y su demandado derecho a conservar la rectoría en el ejercicio gubernamental de su gente -con ascendencia “Wixárica-”, y desde el pasado seis de junio, a elegir en consecuencia a sus representantes en la administración del Ayuntamiento sin intermediarios e intereses ajenos que, a su decir, los dividieron, arrojándolos a un severo conflicto postelectoral que impidió a su vez una sucesión en paz, estabilidad y con sujeción a los tiempos que marca la ley, a la par del resto de los 19 municipios de la Entidad. Pero, después de todo, triunfó este domingo 17 de octubre el acuerdo, emanado de la “Asamblea Consultiva para las medidas afirmativas en la comunidad de Guadalupe Ocotán”, abriendo la puerta a un singular pacto de civilidad que se espera, supere el daño de un huracán político-social que amenazó, tras su impacto en la pasada elección, con erosionar el incipiente avance democrático alcanzado hasta el momento en el Estado.

Es así como al Instituto Estatal Electoral de Nayarit (IEEN), bajo la presidencia del Consejero José Francisco Cermeñó Ayón, le tocó sortear el cruento desafío de la conciliación, desde su nada sencillo papel de árbitro electoral, apelando a la razón de la reconstrucción del engranaje y las reglas del juego con base en la necesaria observancia del marco jurídico en un “proceso extraordinario”, que tendrá su clímax en la elección de Presidente Municipal, Sindicatura y siete regidurías (cinco bajo el principio de Mayoría Relativa y dos de Representación Proporcional) el próximo cinco de diciembre, a fin de lograr ponderar por encima de cualquier otro interés, la meta de elegir libremente a sus autoridades -garantizando una auténtica representación de todos y para todos- y evitar mayores daños o resquebrajamiento en el ejercicio de una gobernanza que garantice desarrollo y armonía para la Yesca en consonancia con los planes de acción del Ejecutivo Estatal y los demás ayuntamientos. 

De conformidad, Cermeño y los consejeros, diseñaron la estrategia de acudir en directo, al corazón del gobierno tradicional con asiento en la comunidad de Guadalupe Ocotán, acompañados de autoridades del Gobierno Federal en materia de asuntos indígenas, de Defensa de los Derechos Humanos en el Estado, representantes de los diferentes partidos políticos, de comunicadores y analistas -que previamente, vale decir, fueron incluidos en una sincrónica por inteligente política de comunicación que suma, atiende, entiende y valora en los hechos la esencia de la interacción de la consabida nueva realidad, bajo la responsabilidad del audaz amigo Vicente Hernández Ávalos y las experimentadas comunicadoras y profesionales en relaciones públicas Sonia Partida Plata y Mary Castro-,  a fin de explicar y dar a conocer a detalle, en un marco de transparencia -y de necesaria muestra de interés y atención a las necesidades de los pueblos originarios-, los derechos y responsabilidades que les compete y conviene ejercer, para superar sus desacuerdos tanto internos como hacia el exterior con “mestizos”, y salir avantes del “meteoro” político que hasta este domingo, aún les impedía verse con claridad dando vuelta a la página de un capítulo que cernía la oscura circunstancia de quedar en el rezago y el desorden para mal presente y por venir del pueblo. 

No obstante, cabe destacar que tras la nutrida participación de los habitantes, que expusieron sin ambages su sentir en la antecitada “Asamblea consultiva de las acciones afirmativas”, se consensó que serán los pueblos originarios quienes decidan el perfil de las candidaturas a la Presidencia Municipal, dos regidurías por el principio de Mayoría Relativa, y una de Representación Proporcional (consenso mediante acta que se llevó el IEEN para su aprobación ante el pleno de su Consejo, la que a su vez se consumaría, según prometió el Presidente Consejero, a más tardar el viernes 22 del presente) y para lo cual también dispusieron por unanimidad, que fuera el próximo 31 de octubre, asimismo en asamblea y bajo la presencia de los representantes de los partidos políticos, oficializar la decisión a la luz de los requisitos correspondientes.

El del domingo 17 de octubre, fue pues el segundo de los periplos que dejó en claro, el resultado de una dura batalla por la reconstrucción paso a paso, la peculiar “manufactura artesanal” de las condiciones democráticas contra lo agreste de un camino que comporta los poderosos desafíos e inclemencias de la indómita novelia normalidad. Así como fue de titánico el ascenso a la cumbre del histórico pacto: un traslado de 9 horas de intensa marcha desde la Capital nayarita hasta la coyuntural comunidad “Wixárica” (dura travesía irrumpiendo en lo profundo de la madrugada por rupestres caminos de la serranía), así es en equivalencia la grata satisfacción del triunfo de la conciliación, porque en la crónica del acontecer se deja constancia de que la Yesca se supo poner de acuerdo -bajo la mediación oportuna del oficio y la apuesta exacta por la legalidad-, y por ahora, a partir de la justicia electoral para los pueblos originarios, será posible superar un trance que dará pie a nuevas conquistas, a nuevos episodios de justicia social para los 13 mil 719 habitantes (de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, INEGI) del municipio serrano. Es tiempo sin duda alguna, de que el derecho de vivir en paz, a una mejor y mayor comunicación (en conectividad carretera y hasta aérea para agilizar la atención de emergencias y demás diligencias de esas comunidades apartadas, olvidadas en los tiempos de no elección, de no desastres naturales, de no réditos políticos), de entendimiento, de interacción con poderes y órdenes de gobierno, se traduzca en hechos de probada eficacia en pro del fortalecimiento de la esperanza, de la fuerza para continuar en la batalla, levantarse gigantes y con la mirada puesta en el horizonte “del nuevo amanecer de un Nayarit en serio”. En marcha entonces, y en comunicación.