La matanza del 2 de octubre del 68 ya se está olvidando
Octavio Camelo Romero
03 de Octubre de 2021
Hace 53 años miles de jóvenes estudiantes del Instituto Politécnico Nacional y de la Universidad Nacional Autónoma de México, acompañados por jóvenes de los sectores de organizaciones sociales y políticas, estaban reunidos en la Plaza de las Tres Culturas ejerciendo su derecho de asociación y de reclamo por la burda represión de las fuerzas armadas del Gobierno Mexicano. Y la respuesta del Estado Mexicano fue ejecutar la orden presidencial dada al ejército mexicano de masacrar a los miles de jóvenes congregados en dicha Plaza y perseguir a los que hubieran quedado vivos para matarlos, y en el mejor de los casos encarcelarlos. Ese abominable hecho surgió el 2 de octubre de 1968. Desde entonces se proclamo como slogan el “2 de octubre no se olvida”. Pero a medio siglo de esos aborrecibles acontecimientos, la memoria histórica de por lo menos los habitantes de la Ciudad de México, ya no digamos de los partidos políticos, sea ha anquilosado y se ha olvidado la masacre. O lo que es peor, con tanta violencia social, se ha tomado como un acontecimiento normal dentro de un Estado violento.
Nada más alrededor de 5 mil personas participaron en la marcha para conmemorar el 53 aniversario de la masacre del 2 de octubre, que partió de la Plaza de las Tres Culturas al Zócalo, de una población de más de 10 millones de habitantes en la Ciudad de México. Sin embargo, esto no impide que se exija al gobierno de la República que abra los archivos históricos de la SEDENA sobre la matanza de 1968 y se enjuicie a los responsables e involucrados. En este caso, y muchos otros, no cabe el “perdón” o borrón y cuenta nueva. Estos son “crímenes de Estado” que permanecen en la impunidad.
Por otra parte, la Secretaría de Seguridad Ciudadana, SSC, de la Ciudad de México tuvo desplegar un operativo con mil 200 uniformados para salvaguardar la integridad física de los manifestantes de las garras de un grupo de vándalos financiados por la derecha prianista que en cada manifestación se dedican a realizar “pintas a mobiliario público y fachadas de negocios” rompiendo cristales, aventando cohetones, petardos y bombas molotov y agrediendo a elementos de la SSC con martillos, piedras y explosivos, entre otros objetos, en el mejor de los casos porque a algunos de las policías les prenden fuego. En la marcha del 2 de octubre, 5 policías, 3 mujeres y 2 hombres, resultaron lesionados con quemaduras y contusiones. Sin embargo, en una falsa declaratoria de “Democracia”, esos hechos delictivos la Autoridad los deja impunes.
Aprovechando la oportunidad del momento de la lucha contra la represión del Estado Mexicano, diversas organizaciones sociales, estudiantiles y populares realizaron una asamblea en la que llamaron a la “Unidad” ya que las luchas reivindicatorias se han hecho por separado, y se propuso hacer un “Frente de Lucha” que, entre otras cosas, atienda al actual escenario de la precariedad y de la violencia en México, además de las luchas reivindicatorias de Ayotzinapa, de los feminicidios, de los derechos humanos, etc. En fin.
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