Tepic, Nayarit, sábado 23 de noviembre de 2024

Felices vacaciones

Sergio Ramírez Barba (Pica Lica)

28 de Septiembre de 2021

Última de dos partes


El “Mexicali” a sabiendas de lo que hizo (era en legítima defensa), pacientemente esperó que llegara la policía judicial, la cual rauda y veloz como halcón llegó 40 minutos después.- (tenían miedo) porque no es lo mismo pegarle a un detenido entre varios agentes o tenerlo en la loba, amarrado y vendado, que a un hombre que mató a tres.

Así fue llevado a la chirona, boiler o calabozo, ahí algún juez de los muchos chafas que había lo sentenció a 23 años de prisión; no les valió la provocación del que fue objeto, no le valió la legítima defensa, no le sirvió la desventaja de tres contra uno, como quien dice fue víctima de un pinche juez remedo y pedazo de justicia que hizo que el buen Mexicali se quedara de huésped permanente en el Venustiano Carranza.

A continuación me permito hacer del conocimiento de usted amable lector, las vivencias horribles, terribles, desalmadas y arteras de que fue objeto mi cuate el Mexicali. La ley,  ja, ja, ja, la pinche ley,  ja, ja, ja,.

Mi nuevo amigo me expresó que desde que ingresó al bote, fue vituperado, ofendido, golpeado, provocado, etc. Los primeros diez meses expresó que quería morirse, que pensó en quitarse la vida muchas veces, pero quizá sus principios fueron la mejor barrera.

Me invitaban posteriormente a hacer deporte, a correr,  jugar fútbol o básquetbol, pero mis pensamientos estaban fuera de mí, de mi circulo psique. Mis padres y parientes me visitaron el primer año, después naranjas, nardos y natalia. Comencé a trabajar la talabartería y cintos piteados, que a decir verdad fueron una panacea, una medicina divina que me hacía olvidar mi tristeza, mi soledad, mis lágrimas. ¿Cuántas veces la luz del alba me sorprendió con los ojos abiertos? Como un nudo en la garganta y en mi mente las quimeras, mis anhelos, mis pretensiones, parecían acabadas. 

Un bastonero o comanche y un cabrón que dizque vendía mota, desde que llegué insistía y quería hacerme vicioso. No lo permití más de un año, las provocaciones siguieron y ya no me podía aguantar. Me referían.-pues allá afuera eres muy matón cabrón, pero aquí eres puro “ojaldra y semillón”. Me decían que entre todos me iban a violar, por las noches no me dejaban dormir, ya que montaban sus horarios para seguirme molestando. También me “periquearon” que en el interior diario se consumía un costal de morisqueta, sahumerio o grifa, para tener tranquila a la población confinada.

Un día me cansé, cerré los ojos, los puños, me encomendé a Dios, y fui a buscar a aquellos dos perversos que me tenían atormentado. Les grité, ¡ahora es cuando limonada, me has de refrescar la panza! ¡Saben qué cabrones ni los dos juntos ni toda su crujía pueden acabar conmigo! Quizá la sorpresa fue mi mejor aliada, porque al primer madrazo rodó uno de ellos, el segundo corrió la misma suerte, a los otros también les grité, ¡quieren más o me lo tapo, le dijo la rana al sapo! Nadie se metió, llegaron los custodios y me dieron como treinta “chingazos”, me mandaron segregado tres meses que dizque por rijoso.

Por las noches oía cantar los gallos, pasaban las grullas y el canto de las golondrinas. Cuando salí, los ojos renunciaban a la claridad, fueron tres meses de pura noche, como aquellas boreales que suelen durar hasta seis. No omito decir la crueldad mental de que fui objeto; como que mis padres ya habían muerto, que a dos de mis hermanas que me habían ido a visitar, y les habían tronado el ejote y enchilado el tlacoyo. Pero sirvió porque me gané la admiración de todos, el respeto de los demás, aquellos dos amigos que les había tronado la madre no se veían ni sus luces. Un amigo que tenía cadena perpetua viejano me dijo muy discretamente. .-ten cuidado Mexicali te quieren matar, cuídate, no te fíes de nada ni de nadie, es más hasta de tu sombra desconfía y si puedes madreala, y así lo hice.

Un día de tantos hubo una “basculeada” o sea revisión, los federales me encontraron como 50 gramos de mota, grifa, morisqueta o mostaza. ¿De dónde salió?  ¿Quién sabe? Total que otra vez me sentenciaron, pero ahora por otros 10 años,  o sea que mi condena total eran 33 años. Yo quise saber quién me había hecho aquella mala jugada y resultó ser aquél custodio al que le había reventado la madre. Mi impulso fue matarlo a él y a su amigo, siempre estaba yo atento, siempre listo para ver cuando se descuidaban y poder acabar con sus vidas. No podía perdonar que por su culpa a lo mejor nunca saliera vivo de ahí. Se me revelaba mi madre, mi barrio, mi escuela, mis amigos y sobre todo  mi novia que había ido a despedirme cuando me vine a la estación del ferrocarril.

El Mexicali, ya no era aquél pelele que todos querían insultar, a todos les adivinaba miedo en su conducta, noches y días pasaban para poder buscar el momento ideal para matar, ya nada me importaba, mis principios ¿Cuáles?  ¿Mi religión?- ¡cuál! Había aprendido que la existencia tenía un parámetro ¡matar o morir! Y yo quería las dos.

Pero Dios no cumple antojos ni endereza jorobados, y llegó aquel día del famoso ZORRAZO donde hubo la matazón de más de 50 gentes, además de heridos.- Aquél custodio que me quiso matar, fue herido seriamente en la panza y en una pierna, no se a quien le pidió que le llevaran a un Ministerio Público, y confesó que él me había puesto la marihuana, no sé cómo ni porqué pero me llegó la revocación de mi sentencia sin aquellos últimos años.

Total que ese custodio murió a los dos días del ZORRAZO.- Yo, mi PICA LICA me aventé esos quince años de prisión, eso me costó visitar a mi hermano y disfrutar de unas ¡FELICES VACACIONES!

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