Democracia representativa por una participativa
Sergio Mejía Cano
03 de Agosto de 2021
Coincido totalmente con lo que expresó en su cuenta de facebook el Maestro Luis Alberto Bravo Mora, director del Laboratorio de Arte Teatral y Escénico de Nayarit (Laten), que dice: “No, la consulta no fue un fracaso, simplemente nos exhibió como sociedad, la historia nos dio una oportunidad, ¡será la misma historia quien nos juzgará!”. Y tiene razón el Maestro Bravo Mora, pues nos exhibimos por la apatía, el masoquismo, la dejadez, el para qué, el ya ni modo; pero lo peor, es que se creyeran la farsa de que la ley no se consulta.
En verdad que muchos mexicanos esperábamos mayor participación de la ciudadanía, pues la mayoría de los mexicanos hemos sido agraviados contundentemente por las pasadas administraciones. De ahí que se esperaba mucha participación tanto de los afectados como los descendientes de los mismos, para que al fin se haga o se hiciera justicia, no venganza, sino justicia por todas las ofensas y daños generados a la población mexicana, por los cinco expresidentes que se habían mencionado en un principio; pero que la Suprema Corte de la Justicia de la Nación (SCJN), cambió la pregunta por dizque disposiciones constitucionales.
Lo más triste del caso es que la mayoría de la gente entre los 20 y 40 años de edad, hayan sido quienes más criticaron esta consulta. Tal vez debido a que nacieron y crecieron dentro de un sistema que se les llegó a hacer normal de que todas las trapacerías que cometieron esos antiguos regímenes estaban bien; y peor aún, los legisladores comparsas que aprobaron impunemente tanto reformas constitucionales como iniciativas de ley, que deformaron enormemente nuestra Carta Magna, en beneficio de unos cuantos y no para la Nación entera.
Desde luego que hay otros expresidentes que tendrían que haber dado cuentas de sus actos, de acuerdo a lo que protestaron al tomar su mandado, de que si así no lo hicieren, que la Nación se los demande. Pero ya no están aquí para ser juzgados o al menos preguntarles el porqué hicieron lo que hicieron. Claro que el que aún vive es Luis Echeverría Álvarez, pero de acuerdo a su edad, posiblemente ya ni se acuerde de muchas cosas o el que acuse demencia senil para evadir sus responsabilidades y actos criminales, de los que todavía muchos mexicanos no nos olvidamos, verbigracia: 2 de octubre de 1968 y 10 de junio de 1971; mínimo.
Se esperaba la presencia en esta democracia participativa, de los campesinos o sus descendientes que fueron agraviados obligándolos a cambiar sus cultivos teniendo que sembrar maíz, a los que no les pareció que se cambiara la Reforma Agraria para que pudieran vender sus parcelas y así desaparecer los ejidos para que volvieran a repuntar en nuestro país los grandes latifundios, tal y como ha sucedido, pasando los campesinos que anteriormente tenían sus parcelas, a ser peones de esos grandes terratenientes, como antes de la Revolución Mexicana.
Se esperaba que aprovecharan este momento, los deudos de las masacres de Acteal, de Aguas Blancas, de Chiapas, de Tlataya, de Atenco y, obviamente, de Ayotzinapa; y demás agraviados por las matanzas generadas por esa guerra absurda en contra del narcotráfico. De quienes se indignaron por el incendio de la guardería ABC, en el estado de Sonora. De los familiares de los miles y miles de desaparecidos y de los cadáveres descubiertos en los cientos de fosas clandestinas.
Miles de trabajadores ferroviarios quedamos en la calle debido a la privatización de los ferrocarriles, proyectada por Carlos Salinas de Gortari, y ejecutada por Ernesto Zedillo Ponce de León. Y lo doloroso es que muchos de estos ferroviarios que se quedaron sin trabajo, es que no quisieron participar en esta consulta, de la que, asi no pasara nada, al menos se pudiera haber hecho sentir la fuerza de la incomodidad de la población mexicana; pero no, muchos de estos ferroviarios y sus descendientes ya no quieren seguir oyendo nada de esto, pues ya son más de 23 años con una demanda laboral que no muestra visos de solución alguna.
Estamos en una democracia representativa; sin embargo, esto de la consulta forma parte de una democracia participativa, que es en sí, la esencia de la democracia. Pues cuándo se ha visto a un legislador que cuando se va a votar algo de gran trascendencia para nuestro país, los representantes populares acudan a sus Distritos Electorales para preguntar a sus representados cómo quieren que sea su voto, ¡jamás! Pues su voto lo hacen de acuerdo a como les dictan las cúpulas de sus partidos.
Sea pues. Vale.
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