Tepic, Nayarit, jueves 25 de abril de 2024

El Prieto Crispín merece un monumento en Tuxpan

Gilberto Cervantes Rivera

06 de Julio de 2021

****CRISPIN DURÀN ZAMORANO, EL PRIETO, OFRENDÓ SU VIDA PARA QUE LAS NUEVAS GENERACIONES DE NAYARIT, OBTUVIERAN MEJORES CONDICIONES DE VIDA Y DE TRABAJO; PERO EL GOBIERNO SOLO SE ACUERDA DE JUÁREZ CUANDO LE SALE EL AMOR POR LEVANTAR ESTATUAS A LOS HÉROES DE LA NACIÓN; CRISPIN JUNTO CON EL CORA ARVIZU Y OTROS, CUMPLIERON ENTREGANDO LA TIERRA A LOS CAMPESINOS POBRES, COMO FUE LA ORDEN DADA POR LÀZARO CÀRDENAS DEL RIO; JUSTO SERÍA QUE LE HAGAN UN MONUMENTO AHÍ EN TUXPAN, SU TIERRA NATAL

 Crispín Durán Zamorano, “El Prieto Crispín”, nació en la ciudad de Tuxpan el día 4 de diciembre de 1909 en el populoso barrio de Pueblo Nuevo y según nos han contado, siendo niño sus papás se fueron a Santiago, Ixcuintla, ciudad en la que estudió la escuela primaria, y como quería seguirse preparando, sus familiares lo llevaron a proseguir sus estudios a la ciudad de Guadalajara, Jalisco, donde cursó la secundaria y posteriormente la carrera profesional de Tenedor de Libros, lo que hoy es conocido como Contador Público. Se cuenta que al morir su mamá, Crispín tuvo que regresar a Nayarit, entrando a trabajar a la Hacienda de “El Carleño”, en el municipio de San Blas, donde se desempeña en labores del campo y encargado de la tienda de raya, siendo ahí donde conoció de cerca la lamentable situación en que vivían los campesinos, los cuales eran explotados de manera criminal y objeto de todo tipo de injusticias. Se cuenta que por esta situación, en la primera oportunidad que tuvo “El Prieto”, se enlistó junto con otros campesinos en el programa del reparto agrario, promovido por el presidente de la República General Lázaro Cárdenas del Río, siendo parte del ejido “El Nuevo”, el que hoy se conoce como Villa Hidalgo. “El Prieto Crispín” se enfrenta a los caciques de la época, encabezando la lucha para que se abrieran las fronteras del estado a la venta de granos básicos, los cuales eran acaparados y pagados de manera miserable por los poderosos terratenientes, los cuales eran apoyados por el gobernador Gilberto Flores Muñoz, habiendo sido objeto de varios intentos de asesinato de los que logró salir bien librado y desde entonces portaba una pistola para su defensa personal. Convertido en un peligro para el gobierno y los hacendados, José Limón Guzmán, sucesor de Flores Muñoz, instruye al jefe de la judicial Pioquinto Partida el tenebroso “Jorobado”, para que ejecutara al “Prieto”; ya para entonces Crispín militaba en el Partido Popular Socialista, el PPS, el cual lo abandera y es candidato a diputado federal, elección que gana pero le hicieron fraude. Con relación a los motivos que orillaron al asesinato del “Prieto”, se dice que Flores Muñoz se había arreglado con Crispín, al que supuestamente le entregó cincuenta mil pesos, dinero que Durán Zamorano repartió entre la gente pobre de su pueblo, continuando la lucha como si nada hubiera pasado. El día de su muerte, Crispín iba montado en su macho, colgaba de la silla un machete, en el cinto cargaba su pistola y al hombro, un rifle máuser con carrillera repleta de tiros. Lo espiaron muy bien hasta que decidieron encararlo; el propio “Jorobado” encabeza la matanza, primero le dispara al macho, Crispín cae y ya en el suelo Pioquinto le corta el cinto, aprovechando ese momento en que caía la pistola del “Prieto” al suelo, para destriparlo a cuchilladas y balazos. Y como suele pasar, en la vida siempre hay un traidor al servicio de los poderosos, en este caso, Enrique Díaz, compadre del “Prieto”, es quien lo entrega; por ello la sabiduría popular dice que no hay amigo ni compadre que no haga daño. La noticia de este crimen se conoció en Tuxpan al medio día de ese lunes, luego que el dueño y fundador de la radiodifusora XEUX de Tuxpan, Salvador Herena Benítez, difundiera la noticia a través de la radio y el director de “El Heraldo de Tuxpan”, Teodoro Araiza Barrón, “El Chepo”,  sacó una edición extra sobre el alevoso asesinato de este líder agrarista. Se comenta también que “El Prieto Crispín” estaba consciente que el gobierno finalmente lo mataría, y por lo mismo en vida pidió a su familia que si lo llegaran a asesinar, colocaran su tumba atravesada en el panteón, pues aún de muerto se quería atravesar al gobierno que explotaba a los campesinos. La tumba del “Prieto” no está abandonada, gente mayor que lo conoció, lo visita en el panteón del Nuevo alias Villa Hidalgo, esperando quizás que gracias a su ejemplo histórico, algún joven revolucionario, entre al relevo para hacerle justicia a los campesinos pobres, como le hizo la lucha Crispín, mismo que ofrendó su valiosa vida a las nuevas generaciones que por desgracia han sido atrapadas por el alcohol y la droga. Ahora que anda de moda levantarles estatuas a los héroes del pueblo, vale la pena erigir una en honor del famoso Prieto Crispín, el que, dicen, estuvo a punto de afiliarse al Partido Comunista Mexicano de Valentín Campa Salazar….PALESTRA: si al Venado Macías Mora lo premiaron después de muerto con una estatua, vale escudriñar en la historia de Nayarit, donde existen muchísimos próceres que merecen ser recordados, haciéndoles un monumento aunque sea de yeso.       



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