Los periodistas de a pie, han sido los más afectados
Sergio Mejía Cano
05 de Julio de 2021
Es evidente que nada es para siempre, y el periodismo no podría ser la excepción, pues en ciertos aspectos, las redes sociales se han encargado de darle un cambio muy significativo a lo que antes de dio en llamar “el cuarto poder”; y vaya que sí llegó a serlo prácticamente, porque algunas notas periodísticas llegaron a tumbar cabezas, desajustar vidas y hasta puestos políticos; y por qué no decirlo, en ocasiones hasta en el ámbito íntimo de varias personas.
Lo que también ha quedado claro, es que tanto para los gobiernos en sus tres niveles, federal, estatal y municipal, así como para muchos personajes públicos, les ha ahorrado una buena cantidad de dinero, pues hoy en día ya casi nadie se asusta con el amago de que le van a soltar notas periodísticas en su contra, pues ahí están las redes sociales que se encargan prácticamente de todo publicando mentiras, verdades, infundios, difamaciones, alucinaciones y toda clase de información que hace que muchas personas ya no tomen tan en serio mucho de lo que se publica en todos los medios.
Así que no es explicable el porqué ha levantado tanta ámpula el que en las conferencias matutinas del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se haya añadido una sección denominada “quién es quien en las mentiras”, en donde se señalan las notas tergiversadas o con cierto tinte de falsedad o que hasta posiblemente sean verídicas, pero por quien las firma, sea alguien ya muy desprestigiado y por lo mismo ya se ponga en duda. Pues ahora a muchos de los afamados periodistas (de ambos sexos) de antaño por ser los más leídos y escuchados, les ha llegado el síndrome de “Pedrito y el lobo”, pues de tanto falsear sus informaciones en determinados casos, ahora ya casi nadie les cree, aunque por supuesto que hay sus excepciones por gente crédula que los sigue al pie de la letra.
Porque no es comprensible que haya gente de escasos recursos o de clase media baja, que sigan creyendo a pie juntillas todo lo que oyen o ven en los noticieros televisivos y que incluso hasta se asusten creyendo que les van a quitar sus pocas pertenencias y que hasta se vayan con la finta de que con haber desaparecido el Seguro Popular, les quitaron la única esperanza de salud que tenían forjada.
Queda claro que una publicación impresa no se mantiene de los ejemplares que se vendan, y que lo que las hace fuertes es la publicidad tanto oficial como privada que anuncian sus productos; algo parecido con las televisoras que más bien se mantienen de los anunciantes, pero como ya muchos de estos anunciantes han recurrido a otros medios, precisamente en las redes sociales o en sus mismos portales de internet, pues dichas televisoras han visto mermados considerablemente sus ingresos por publicidad y, como se ha documentado de que algunas de estas televisoras, revistas y periódicos recibían un subsidio gubernamental, el que se dice les han cortado drásticamente por la parte gubernamental, dejándolos únicamente con el financiamiento de la publicidad oficial, pues de ahí que muchos de estos medios informativos estén disgustados con la actual administración; y más, por como se dice de que estaban acostumbrados a recibir enorme cantidad de dinero del erario para que todo estuviera bien aceitado. Pero al perecer y por el momento, ya no más financiamientos públicos aparte de la publicidad oficial que ya está contemplada en el presupuesto.
Lo malo de esto es que la afectación llegó de rebote al periodista de a pie, al que siempre estuvo recibiendo alguna especie de pago por sus colaboraciones y que con la cortada del financiamiento gubernamental a los empresarios periodísticos, les tocó la de malas, pues a muchos de ellos se les cortó el agua abruptamente y, sin otra entrada de dinero por haber dedicado su vida única y exclusivamente a informar, comunicar, opinar y generar opinión, tal vez muchos de estos periodistas no previeron que llegaría esta etapa de vacas flacas, agarrándolos completamente desprevenidos y sin poder trabajar en algún otro lado debido sobre todo a que muchos de estos periodistas colaboradores, por la edad y porque posiblemente no saber hacer ningún otro oficio más que escribir, ya no han podido encontrar otro tipo de trabajo.
Pero volviendo al porqué algunos medios y periodistas tienen que mentir para allegarse lectores, desde luego que esto hoy en día les ha costado muchos puntos de credibilidad, y más, conforme pasa el tiempo y la verdad, tal y como una gota de aceite en el agua, sale a flote.
Sea pues. Vale.
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