Pensamientos, sentimientos, caprichos y algo más

Lo dicho, esta supuesta contingencia que nos han echado a cuestas a los mexicanos, pero sobre todo a los habitantes de Tepic y todo Nayarit, ha servido para que algunas autoridades den rienda suelta a sus sentimientos encontrados, caprichos y demás pensamientos algunos por demás absurdos aprovechando que hay quienes les hacen caso, aunque son los menos, pero de que los hay, por supuesto que los hay.

Incluso a algunos gobernantes les ha dado hasta por insultar a sus mandantes, como en el caso del vecino estado de Jalisco, en que su gobernador Enrique Alfaro Ramírez llamó “pendejos” a los ciudadanos que por alguna razón muy de ellos tienen que salir a cascarear a las calles; aunque claro está que habrá los que salen por gusto, pero por lo regular quienes se aventuran a salir de sus domicilios lo más probable es que lo hagan por algún tipo de necesidad y no nada más para lucirse, presumir o darle a entender a otros ciudadanos que a ellos les valen un comino las medidas de sanidad; porque es un hecho que con cada día que pasa se está agrandando el problema de conseguir qué comer, y mucha gente ya está entrando en una etapa muy clara de desesperación absoluta.

Desde luego que esa ofensa lanzada por Alfaro Ramírez a sus paisanos sería poco menos que lo que les dijo otro gobernador de Jalisco: Emilio González Márquez, quien les recordó el 10 de mayo a los jaliscienses muy quitado de la pena y pidiendo primero permiso al entonces Cardenal Juan Sandoval Íñiguez; pero esa sería otra historia, porque aquí en Tepic también tenemos a algunas autoridades que en cierta forma han ofendido a los tepiqueños que tienen que andar por la ciudad tal vez en busca de algo que llevar a sus casas, sobre todo comida o simple y sencillamente arreglar asuntos particulares que en nada atañen a ninguna autoridad por más disposiciones que haya porque ninguna de ellas pueden o podrían por encima de nuestra Carta Magna, así se diga que es por el bien y la salud de todos, porque si bien se está dizque protegiendo la salud, se ha llegado al extremo de violar garantías individuales y desde luego derechos humanos consagrados ya en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

He ahí el caso del director de Vialidad Estatal, Luis Alonso Tahuahua, que posiblemente se reflejó en un espejo cuando en un portal de internet denominado nnc.mx, hace ver a los reporteros que lo están entrevistando que la gente anda “como en primavera” por la calle; ¿y qué acaso no estamos en primavera? Pero lo peor estuvo cuando señala que a la gente le hace falta leer lo suficiente, y hasta se admira que varias personas vayan comiendo “paletas” como si no pasara nada, etcétera; y eso del reflejo en el espejo es porque tal vez el señor Tahuahua es quien no ha leído lo suficiente, ya que si así fuera no portaría cubre-bocas al momento de la entrevista ni en todo momento.

Igual, en el mismo portal de internet de nnc.mx, el secretario de Seguridad Pública don Jorge Benito Rodríguez, considera injusto que “por por unos cuantos nayaritas todos estemos en riesgo”. Lo injusto es que no considere don Benito el porqué esa gente anda en la calle, porque lo más seguro es que no ande con el afán de querer contagiar a nadie en lo absoluto, sino que si andan fuera de sus hogares es por necesidad.

Está muy bien toda medida de protección que se tenga que tomar, pero sin llegar a los extremos como hoy en día en que hasta se suprime la circulación en la principal avenida de la capital nayarita: la avenida México, tal y como si esto significara una clara contención al avance del mentado coronavirus; nada más incongruente el impedir el libre tránsito vehicular que más bien parece un capricho que una buena decisión.

Ni en los peores días de las balaceras en Tepic se tomaron estas medidas de protección de cerrar negocios o la circulación de vehículos. Sin embargo, ahora están tratando este asunto tal y como si el mentado virus fuera como las balas perdidas buscando a quien pegarle y que por eso no deben de salir de sus casas los tepiqueños porque una de esas balas perdidas del coronavirus los podría topar, así que quédense en casa y si andan en la calle agáchense, no vaya a ser la de malas.

¿Cómo es posible que se trate de hacer creer a la gente que todos seríamos portadores del covid-19 advirtiéndonos de que aguas, no te acerques a nadie? Está como esa incongruencia total de máximo dos pasajeros en un vehículo, siendo que en muchas de las casas varia gente vive amontonada.

Sea pues. Vale.