El pounch de Adahán Casas

Demostración de fuerza política fue en esencia el acto por el segundo informe del quehacer legislativo del diputado priista Adahán Casas Rivas, realizado en el poblado La Labor (su solar natío) del municipio de Santa María del Oro, cabecera del décimo tercer distrito electoral local que comprende además los municipios de La Yesca, Jala y San Pedro Lagunillas.

La Labor es el pueblo que muy cerca de la década de los setentas, a donde mi padre Donaciano González “Shanghái” me envió como castigo por negarme a cursar estudios de Preparatoria. Con familiares de él permanecí casi un año para aprender infinidad de trabajos relacionados con el campo y la ganadería.

Por mis visitas continuas desde aquel tiempo a la fecha, conozco a la mayoría de sus pobladores y ellos me identifican. Invitado a la ceremonia del diputado priista, tierna la tarde mi hijo Oscar González Huerta me trasladó al poblado. Como de costumbre me aposenté en el domicilio de don Jesús Zamora que se ubica al lado del camino de la entrada principal, por cierto en reparación la carpeta asfáltica.

Luego de más de media hora de estancia me encaminé con el propósito de echar un vistazo al lugar donde se realizaría el acto del informe legislativo. El sitio era conocido en el pasado como “El Asoleadero”, hoy con techumbre, pero también abarcó espacio frente al viejo edificio de La Hacienda (convertido en casino), zona que fue rehabilitada con moderna construcción por Adahán Casas cuando fue alcalde de SaMaO (2011-2014).

El sillerío era en gran cantidad. Al frente enorme pantalla y amplio el proscenio. Buen número de estructura que entre otras cosas sostenía hilera de juego de luces. Las cámaras de video para la transmisión interna ocupaban sus debidos lugares. Entre ese mundo de parafernalia se hallaba en ese momento Elisa Sánchez, responsable de comunicación social y coordinadora de marketing político del diputado Casas.

Luego de checar ajustes en el sistema de luces y cámaras, Elisa vino hacía mí. Te veo cara de preocupación, le dije. Deja de eso, estoy estresada, me contestó. Al observar el mar de sillas estratégicamente colocadas, le pregunté el número de ellas. Son alrededor de dos mil, dijo. Comenté que se me hacían muchas sillas, creo que van a batallar para traer tanta gente. No hubo más explicación. Me retiré, serían poco más de las 3 de la tarde, para regresar antes de que diera comienzo el acto, programado para las 4:30 horas.

Volví a la casa anfitriona. Desde allí, sentado de cara a la carretera de entrada, pude observar más de una hora el arribo de centenares de vehículos: autobuses, autos, camionetas y otros llenos de personas procedentes de diferentes municipios de la entidad. En realidad me sorprendió la monstruosa movilización. Algo inusitado para el pequeño poblado. No había lugar de estacionamiento.

Minutos antes del arranque arribé. Lo primero que me topé fue a mi pariente “Chano, el gallo del pueblo”, cantante imitador de Vicente Fernández, originario de Zapotanito, municipio de SaMaO. Vas a cantar, le pregunté. Ya canté, me contestó. Y agregó: pero dicen que no habrá dinero para mí. Alguna persona cercana lo mal aconsejó.

Para mi sorpresa, las dos mil sillas estaban debidamente ocupadas. Había cantidad de personas en pie. Aquello era un gran jolgorio. Para entretenimiento de los miles de asistentes, hubo la presentación de un largo repertorio: cantantes en diversos géneros musicales, grupo de música moderna, ballet folclórico y argentino, coros y hasta payasos. La intervención del diputado Adahán Casas Rivas se registró más de una hora después del anunciado comienzo.

Ya estaban a la espera diputados de la mayoría de los siete partidos que integran la treinta y dos legislatura, alcaldes, presidentes de partido (PRI y PAN), diputado federal, representantes de los poderes Ejecutivo y Judicial y muchas personalidades más. Para ese momento, fácil la asistencia rebasaba las dos mil personas. Por instantes me sentí un ser desconocido por el avasallamiento de gente de muchas latitudes.

Ataviado de traje y corbata, el diputado Adahán Casas Rivas dio cumplimiento a lo que mandata la norma. Expuso con claridad puntos de vista sobre su actividad legislativa del segundo año, que esta vez el periodo es de cuatro. Aunque el documento es de vital trascendencia, parece ser que pasó a segundo término, virtud a que se trató de mostrar el músculo político con mira a la próxima elección local de 2021. Qué tal caería alianza entre PRI-PAN-PRD para entrar en la liza por la gubernatura de Nayarit.