Tepic, Nayarit, jueves 28 de marzo de 2024

Los parámetros esenciales

Sergio Mejía Cano

05 de Marzo de 2019

En la entrega anterior en que me referí a  cuestiones de comunicación social, hubo algunos conocidos y familiares que me llamaron la atención por meterme en asuntos en los que afirmo que soy neófito en dicha materia; sin embargo, a mi pobre entender queda a las claras que en estas cosas de la comunicación social no todo está tan bien como digamos.

Se entiende que desde que la humanidad comenzó a “cascarear en la canica” (Gabriel Vargas dixit), la comunicación entre sí fue esencial para el desarrollo de la misma, por lo que entre esa comunicación se dieron los avisos, alguna especie de noticias, argüendes y hasta viles mitotes, por lo que tal vez hubo quien entrevió la posibilidad de que avisando a los demás sobre diversos acontecimientos podría llevar una vida más placentera que los demás; aunque se ha dicho a través de la historia que a los que daban malos mensajes eran ejecutados, la práctica de llevar y traer ciertas noticias fue considerada cada vez más.

Y a la mejor así fue hasta que llegó la prensa escrita con lo que era más fácil hacer del conocimiento de cada día más gente sobre determinados acontecimientos de la vida diaria y, se entiende también que hasta determinado tiempo las escuelas para la enseñanza de ciencias de la comunicación no existieron, entonces ¿cómo es que los encargados de dar noticias fueron penetrando en el gusto de la gente? Obviamente que desde siempre ha habido personas que saben cómo llegar al gusto de muchas personas ya sea para venderles algo o engañarlas simplemente, así que entre los ya más modernos comunicadores se fue estudiando el cómo hacer que la gente se interesara por determinadas noticias o avisos, por lo que todo esto llevó a una gran industria que ha persistido hasta nuestros días.

Sin embargo, como era obvio que con la pura venta de ejemplares no era lo suficiente para obtener ingresos económicos óptimos, fue que se comenzaron a crear los avisos comerciales que ofrecían determinados productos, ¿y por qué medio? Pues claro que en los impresos que circulaban en el grueso de la población.

Pero como el ser humano siempre se ha caracterizado por sacarle más jugo a las cosa que descubre, tal vez de inmediato vio, al comprobar la fuerza de la opinión pública, comenzar a hablar de los políticos y sus circunstancias y éstos a su vez, al ver esa fuerza, comenzaron a comprar espacios en los medios ya sea para darse a conocer  o enaltecer sus virtudes, obvio que mediante una remuneración económica a los editores.

Y si antes no existieron las escuelas para la enseñanza de las ciencias de la comunicación, al aparecer estas ¿con qué parámetros fincaron sus bases para dicha enseñanza? ¿En qué o quiénes se apoyaron los que iniciaron la impartición de clases para decirles a las nuevas generaciones que ya dependen de las escuelas de comunicación social cómo hacerle? Es de suponer que mediante estudios sociales y mirando atrás en la historia cómo actuaban los primeros comunicadores, qué les daba más impacto y efectividad a su trabajo, etcétera. Y tal vez de ahí se tomaron los parámetros de enseñanza para la comunicación actual; sin embargo, al parecer esos parámetros ya tienen tiempo que no se cambian porque ahora la mayoría de los comunicadores parecen robots actuando prácticamente en la misma forma.

Cuando se estableció la radio en nuestro país y que se dice que uno de los pioneros fue don Emilio Azcárraga Vidaurreta, allá por los años 30 del siglo pasado, es de suponer que quienes le ayudaron a la creación de la comunicación de radio en México y que posteriormente se convirtió en uno de los más grandes emporios de la comunicación cuando llegó la televisión, no estaban a la mejor muy versados en eso de la locución; pero tal vez eran ya comunicadores natos que supieron engrandecer la comunicación de radio y televisión en nuestro país en una práctica más bien espontánea que estudiada.

Y probablemente ahora las nuevas generaciones de comunicadores estén aprendiendo lo que iniciaron aquellos primeros comunicadores como don Jorge Marrón (el doctor IQ) quien se dice, por amistad con don Emilio Azcárraga llegó a ayudarle en algunos de los incipientes programas de radio de la entonces nacientes XEW, así como otros tantos que se convirtieron con el tiempo en locutores, programadores y presentadores que dejaron buena huella para estas nuevas generaciones.

Así que las escuelas en donde se imparten ciencias de la comunicación deberán romper con viejos esquemas para no ser rebasadas.

Sea pues. Vale.

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