Ni como el Ave Fénix

Si bien el Partido Revolucionario Institucional  (PRI) gobernó nuestro país durante más de 70 años y que durante todo ese tiempo hizo y deshizo cosas buenas y cosas malas, es justo reconocer que en los últimos 30 años de su dominio que compartió junto con el Partido Acción Nacional  (PAN), se desvirtuó de sus principios de tal manera, que todo indica que ni yendo a bailar a Chalma el PRI volverá a ser lo que fue.

Ahora, los priistas de cepa que aún tienen la esperanza de que su partido resurja de sus cenizas como el Ave Fénix solicitan la unidad de los otros priistas, esos que se podrían considerar advenedizos, pero tal vez nada más estén esperando el momento preciso para abandonar el barco priista cuando comprueben que ya no dará para más, porque es un hecho que muchos priistas ya comenzaron a ver otras posibilidades partidistas. Así que no sería nada descabellado que el fin del otrora partido aplanadora se fortalezca desde su mismo interior.

De parte de la población, el PRI también ya cuenta con menos adeptos y simpatizantes; de hecho, este partido que desde siempre se sintió dueño y amo de nuestra Nación, comenzó a perder apoyo de la ciudadanía desde el momento en que el PRI olvidó sus orígenes, de que venía de una lucha armada fratricida para que mejorara la condición social de la población más marginada de siempre y desde luego, para que ya no hubiera dictadores que se eternizaran en el poder.

Pero como el PRI tenía la sartén por el mango en cuestiones electorales no había posibilidad que perdiera ningún comicio, algo así como lo que pasó recientemente en el Estado de México y en Puebla, de que por ley del PRI, se queda con la gubernatura quien decide en el PRI.

Curiosamente, el partido tricolor poco a poco se fue convirtiendo en el PAN cediendo en lo que este parido albiazul había estado pidiendo desde su creación como una Asociación antirevolucionaria y anticonstiticiomalista; pero también en los últimos tiempos, comenzó a desbaratar el corporativismo sindical que en cierto modo fue uno de sus grandes pilares. Sin embargo, el PRI tuvo que desvanece la fuerza sindical para dar paso a los sindicatos blancos de hoy en día en donde el que manda es el secretario o dirigente y no las bases, por lo que el dirigente acata lo que se le ordena de parte de la clase patronal o gubernamental, y esto desde luego que lastimó en fea forma a la clase trabajadora y por ende a sus familiares que comenzaron a sufrir las consecuencias al ver que el poder adquisitivo iba en detrimento  inexorablemente.

El disgusto de infinidad de mexicanos en contra del PRI, es por haber perdido conquistas laborales que costaron sangre, que hayan cambiado la ley del IMSS en cuanto a cotizaciones para poder alcanzar la pensión, y además también la edad para lograrlo.

Pero lo que más ha alejado a la población del PRI, son las reformas a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en detrimento de la soberanía nacional, sobre todo en cuestión de los energéticos y lo peor, el agua.

Así que, ¿cómo espera el PRI resurgir para ser lo que antes fue, si ha traicionado sus ideales revolucionarios? Sea pues. Vale.