La prepotencia del joven maravilla

La semana pasada arribaron a esta capital los dirigentes nacionales del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y del  Partido Acción Nacional (PAN) quienes fijaron sus posiciones en torno al frente amplio opositor que pretenden construir para derrotar al partido en el poder, en este caso al PRI.

Si bien ambos dirigentes nacionales sostuvieron su voluntad de ir aliados en las elecciones a gobernador, presidentes municipales y diputados locales en la elección del 2017 sus posturas fueron ambiguas ya que Alejandra Barrales subrayó que primero habrían de ponerse de acuerdo en el proyecto alternativo de gobierno y después el método para elegir al candidato de la mencionada alianza.

En cambio el político maravilla Ricardo Anaya se mostró un tanto presuntuoso al destacar que ese partido está preparado para ganar la próxima elección estatal sin o con alianza porque hoy en día es el partido de mayor crecimiento político electoral en el país al ganar 7 gubernaturas en los pasados comicios de junio pasado.

El joven maravilla se le olvidó señalar que de los siete estados que dice haber ganado el blanquiazul omite deliberadamente que tres de ellos, Sinaloa, Quintana Roo y Durango fueron en alianza con el partido del Sol Azteca en cuyos  estados el PRI había sido partido hegemónico desde su fundación.

Entonces que no nos venga con el cuento que el PAN como nunca en su historia había ganado tantas gubernaturas estatales.

Quien más debe aprender del sentido histórico de esas alianzas es el de la Revolución Democrática (PRD) porque en los hechos quien mejor se ha beneficiado ha sido el blanquiazul con un alto costo político electoral para el PRD en tanto que se ha desfigurado en el escenario nacional como una alternativa de gobierno de izquierda lo que explica su rápida  caída en las preferencias electorales.

Si realizamos una retrospectiva de los resultados de los gobierno aliancistas como alternativa al partido gobernante en el país poco ha cambiado en las condiciones de vida de sus gobernados en tanto que han incurrido en las mismas prácticas clientelares y corruptas de las administraciones priístas, lo que demuestra que esas alianzas electorales solo han servido para sacar al PRI del gobierno pero en modo alguno para construir proyectos de gobierno que amplíen la participación ciudadana, los derechos civiles y que sus principales demandas sean cumplidas mediante novedosas políticas públicas que impulsen el desarrollo económico, político, social y cultural en cada una de esas entidades de la república. De esas alianzas fallidas podemos destacar Oaxaca, Sinaloa y Guerrero, hoy recuperadas por el tricolor.

Dicho lo anterior la lideresa del PRD Alejandra Barrales tiene razón en poner en el centro de la implementación del frente amplio opositor primero ponerse de acuerdo en el proyecto alternativo de gobierno y una vez consensuado buscar el mejor método para designar  al candidato aliancista.

Si realmente el PRD está preocupado por recuperar la confianza popular y que ésta no se traslade a MORENA como proyecto alternativo de izquierda, considero que perdiendo gana como un frente opositor democrático de izquierda, claro si es que a los líderes estatales del PRD no los gana la ambición en el reparto del pastel electoral.

Insisto ganarían más recuperando su identidad de una izquierda moderna, tolerante, incluyente y que el poder público sea puesto al servicio de los nayaritas.

Si continua predominando el pragmatismo electoral en el Partido del Sol Azteca seguirá siendo cola de ratón en su alianza con el blanquiazul que se ha destacado en los últimos años como un aliado de los grupos más conservadores de la iglesia católica que se oponen ferozmente al reconocimiento de los derechos de las minorías…