Tepic, Nayarit, viernes 19 de abril de 2024

Diputada por la fuerza indígena

Oscar González Bonilla

22 de abril de 2015

Fidela Pereyra Zamora recibió inusitado impulso del gobernador tradicional de Guadalupe Ocotán, municipio de La Yesca, para ser candidata a diputada por el sexto distrito electoral local.

Maestra jubilada, en tanto el juez y el presidente de bienes comunales también fijaron su mirada en ella, para que una mujer autóctona los representara en el Congreso del Estado.

Ese macizo de autoridades tradicionales tuvo la firme decisión de propugnar porque la maestra Fidela llevara la voz de los huicholes mujeres y hombres del municipio de La Yesca ante las instancias partidistas, pues a ellos en esta ocasión (2014) correspondía presentar candidato al PRI, toda vez que en la anterior oportunidad el turno fue para el municipio Del Nayar.

De este último lugar el abanderado del partido oficial fue Santos Rentería, quien llegó a ser diputado por los municipios Del Nayar y La Yesca que comprenden el sexto distrito electoral local ante la trigésima legislatura, que el 18 de agosto del año pasado terminó su período constitucional.

Mas resulta que cuando se presentaron ante la dirigencia del tricolor de Nayarit para registrar la aspiración de la maestra Fidela Pereyra Zamora, motivo de sorpresa fue recibir el argumento partidista de que la candidatura ya estaba ocupada. Se la concedieron a Jasmine Bugarín Rodríguez, también de La Yesca.

Muy a pesar de la acción de favoritismo del PRI en su contra, para nada inhibió a las autoridades tradicionales ni a la misma maestra Fidela, quien hoy es integrante de la actual trigésima primera legislatura pero por el Partido del Trabajo (PT).

INDÍGENA PURA

Fidela Pereyra Zamora nació en Guadalupe Ocotlán, municipio de La Yesca, el 15 de mayo de 1947. Es hija de Lucía Zamora Rentería y Cirilo Pereyra Amaya, huicholes ambos, por tanto Fidela se muestra orgullosa de su origen étnico.

Tuvo la fortuna de encaminar su destino a la preparación académica hasta alcanzar el grado de maestra de instrucción primaria y secundaria.

La enseñanza de las primeras letras la recibió en un internado de monjas, todavía existente en la comunidad de Guadalupe Ocotán.

Conflictos políticos derivados de la independencia de Guadalupe Ocotán del municipio de Mezquitic, Jalisco, obligaron a don Cirilo Pereyra trasladar a su familia a Santa Clara, municipio de este último, donde la pequeña Fidela cursó segundo y tercer grado de primaria también en una misión franciscana.

Las mismas misioneras le abrieron la oportunidad de continuar cuarto, quinto y sexto en internado para niñas huérfanas, sin apoyo económico de nadie, que existe en la ciudad de Guadalajara, Jalisco.

Mientras la secundaria la cursó en otro internado para monjas en la capital del Estado de Zacatecas. Al término, las madres franciscanas le vieron aptitudes para la enseñanza por lo que la acomodaron a trabajar en el colegio Cristóbal Colón para niños, de Zacatecas. Tuvo a su cargo grupo de sexto año de primaria e impartió la materia de dibujo técnico en primero y segundo de secundaria. “Así fue el inicio de mi carrera como docente”.

Durante 1971 empezó estudios de Normal, básica, dice ella, en Aguascalientes. A la par que impartía enseñanza en Zacatecas, los fines de semana eran utilizados en el aprendizaje de conocimientos de la carrera normalista.

Concluida la Normal básica, Fidela fue contratada por el Instituto Nacional Indigenista (INI) para ocupar una plaza de maestra en la comunidad Ocote de la Sierra, a donde llegó henchido el espíritu por instruir.

No terminó allí su personal deseo de superación, sino que continuó estudios en la Normal Superior y también en la Universidad Pedagógica Nacional que le otorgaron a la mujer de la etnia huichol un status, es decir, persona definida por atributos académicos.

Con certeza Fidela Pereyra Zamora dice que fueron 34 los años que en cuerpo y alma dedicó a ser trabajadora de la enseñanza. Su capacidad le alcanzó para atender grupos multigrados (al mismo tiempo ser maestra de primero a sexto grado de primaria). En albergues para estudiantes indígenas se desempeñó también tanto como directora, chema y maestra de grupo. Tenía ya un alto grado de especialización, ya era maestrescuela.

Entre otros quehaceres, la profesora Fidela tuvo muchos arrestos para ser durante ocho años locutora de Radio Aztlán, emisora oficial del gobierno de Nayarit. Era titular en la transmisión de programas educativos, con la salvedad de ser dirigidos a la etnia huichol, pues la pronunciación era en su lengua materna. Fue en 1987-88, primeros años de gobierno de Celso Humberto Delgado Ramírez.

Alcanzó su capacidad para ser nombrada supervisora escolar en una región del municipio Del Nayar que comprendía Huaynamota y una gran extensión de comunidades indígenas, zona escolar que integraban más de un centenar de maestros de educación inicial y primaria que estuvieron al mando de la profesora Fidela. Su actividad de 34 años al servicio de la educación nayarita fue siempre al interior del medio indígena.

Fidela Pereyra Zamora se formó entre una familia de 14 hermanos, entre los que se cuenta Mariano, de los mismos apellidos, quien también fue diputado local por el PRI en el periodo 1987-1990, primer trienio del gobierno de Celso H. Delgado Ramírez. Ella es madre de cinco hijos.

A LA POLÍTICA POR PETICIÓN

Jubilada en 2008, en su ir y venir de Tepic a Guadalupe Ocotán, la maestra Fidela recibió de las autoridades tradicionales solicitud de apoyo para participar como candidata indígena a diputada local, estaban ante el compromiso de presentar al PRI a la persona que los representaría para participar en las cercanas elecciones intermedias del año pasado en Nayarit. Ella aceptó.

“Empecé a meterme en la política, pero por ellos, por petición de la gente”, expresa.

Argumenta que “cuando las autoridades tradicionales vinieron a Tepic a darme de alta en el PRI, ya no me aceptaron porque el lugar ya estaba ocupado”.

Como en el sexto distrito electoral está compuesto por mayoría indígena, aparte que se sentían en La Yesca con el derecho de proponer, las autoridades tradicionales se aferraron a que la siguiente diputación estuviera ocupada necesariamente por un indígena, hombre o mujer.

“Decían: con todo respeto para los mestizos, pero nosotros queremos a uno de los nuestros para que nos represente en el Congreso del Estado, no importa que sea cora, huichol, tepehuano o mexicanero, sino que nos defienda a nosotros”, sostiene la entrevistada.

Ante la negativa de la dirigencia estatal priista, las autoridades tradicionales de Guadalupe Ocotán alentaron a la maestra Fidela para que buscara acomodo en otro partido, con la garantía que sería apoyada por ellos.

En la investigación, la maestra Fidela recibió de algunas vecinas de la colonia Amado Nervo, en Tepic, donde reside, la versión sobre la posibilidad de ser aceptada en el Partido del Trabajo.

“Ellas me llevaron al PT, partido que no tenía candidato para el sexto distrito, por lo que fui admitida. Mi registro fue en los últimos minutos del cierre oficial, pero se logró”.

Aunque no ganó la elección, la maestra Fidela obtuvo elevada votación suficiente como para que la dirigencia del PT la colocara en la segunda de la lista de plurinominales, razón por la que alcanzó la diputación en la actual trigésima primera legislatura local por la vía de representación proporcional.

Considera que ser legisladora es una oportunidad más que le entrega la vida, una nueva experiencia, misma que aprovecha para tener cercanía, conocimientos y conceptos novedosos de los demás grupos étnicos que habitan en territorio nayarita.

“Aunque seamos indígenas todos, pero cada uno de los cuatro grupos étnicos que vivimos aquí en Nayarit tenemos nuestras propias características, desde el traje, gastronomía, danzas, lengua y muchas otras cosas que nos hacen diferentes”, sostiene.

“Esta oportunidad que la vida me da, la quiero aprovechar al máximo para legislar a favor de mis hermanos indígenas. Como ellos me lo dijeron en campaña, hazlo para el rescate de nuestra cultura, de nuestros lugares sagrados, para que nuestras costumbres, nuestra lengua y nuestra cultura no se pierdan, sino que se promuevan entre las nuevas generaciones que habitan comunidades indígenas. Con esa intención yo estoy aquí”.

En lo que está a su alcance respalda a sus representados de la sierra, pero su empeño fundamental como diputada es luchar a brazo partido por desterrar la marginación y discriminación a los indígenas para que alcancen mejores condiciones de vida.





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