Tepic, Nayarit, viernes 29 de marzo de 2024

Lealtad al PRI, fuerza necesaria para alcanzar diputación

Oscar González Bonilla

11 de marzo de 2015

Siempre tuvo metida en la cabeza la idea de lograr la emancipación de la mujer a través de la preparación académica, por ello la diputada María Isidra Vargas López suplica a su padre permitirle estudiar y al mismo tiempo rechaza la anacrónica sentencia de éste, en el sentido de que la mujer debe estar dedicada solo a quehaceres del hogar, a la atención de los hijos y del marido.

María Isidra jamás estuvo de acuerdo con esta última apreciación, en tanto su señora madre hacía reflexión de que sus hijas -tiene ocho- deberían estudiar, porque ello  mucho les serviría de herramienta frente al posible fracaso en el matrimonio, pero llegó el momento que doña Juana López modificó un tanto su parecer virtud a que la mayor, Sebastiana, fue enviada de Paramita, municipio de Rosamorada, a un centro escolar en San Felipe Aztatán, municipio de Tecuala, tierra de sus abuelos maternos, pero transcurrido un tiempo se enamoró de un joven, casó y echó por la borda los estudios, con la consabida rabieta de doña Juana.

La segunda en edad, Alejandra, en Tepic terminó estudios de Preparatoria, pero ya no quiso continuar el grado de licenciatura, truncó la carrera pese al enorme deseo de doña Juana de que fuera doctora en medicina humana. Luego entonces, Alejandra abogó por su hermana María Isidra, pues la madre fue renuente viniera a Tepic para continuar estudios ante el temor que diera preferencia al matrimonio. A cambio de la autorización exigía no tener novio.

Restañada la herida de los que consideraba fracasos, la señora madre abrió pequeña rendija de posibilidad, misma que aprovechó María Isidra para salir de Paramita a prepararse, no sin antes prometer por todos los santos del cielo que no cometería el mismo error de Sebastiana, su hermana mayor, de casarse sin haber terminado una carrera. Finalmente ella culminó estudios de Técnico en Contaduría, egresó del plantel CONALEP-Tepic en 1996, sin siquiera pensar sería la llave para conseguir empleo y hasta para iniciar en la política partidista a través del Frente Juvenil Revolucionario del PRI.

María Isidra Vargas López, actual diputada por la trigésima primera legislatura al Congreso del Estado, nació hace 37 años en el poblado Paramita, municipio de Rosamorada. Es hija del matrimonio formado por Juana López Franco y Félix Vargas Arrearan, quien a la fecha de esta entrevista cinco meses hace que falleció. Ellos dedicados a labores propias del medio rural, cultivar la tierra y la crianza de ganado, sobre todo vacas. Esta pareja procreó 15 hijos, ocho mujeres y siete varones. María Isidra fue la cuarta en orden descendente.

Una vez egresada del CONALEP-Tepic, institución escogida porque ella consideró que Nayarit estaba necesitado de técnicos, María Isidra se incorpora a la actividad laboral en lo que recuerda como mercado de importaciones, ubicado en la capital nayarita en local donde otro tiempo fue el cine Azcona, por las mañanas se desempeña como cajera y durante las tardes en el área administrativa como Contadora. Antes de cumplir un año en este empleo, María Isidra acepta nueva oferta de trabajo en la línea Fletes y Transportes de Tepic, donde sería ubicada como titular de Contaduría, sus meros moles. La empresa tenía como gerente a Apolonio Rojas Rodríguez, de quien guarda agradecimiento porque dice que trabajó muy agusto.

Fue un ir y venir a su tierra natal. En esa época doña Juana dio su consentimiento para el matrimonio, sin embargo María Isidra abrazó la idea de estudiar licenciatura en Contaduría, por ello ingresó al Instituto de Estudios Tecnológicos y Superiores Matatipac, pero en cuarto año la carrera profesional quedó inconclusa porque es el preciso momento en que fue designada candidata del PRI a diputada local, circunstancia que no le permitió continuar pues entró de lleno a la campaña. Quedó en el último cuatrimestre de la carrera cuando dedicada estaba al estudio e investigación del tema de tesis para su posterior titulación.

Al término de cinco años de noviazgo, casó con Julio César Ayala Alvarado, originario de Rosamorada, el último de una familia de diez hijos. María Isidra afirma que después de 15 años de larga espera, hoy son padres de una niña nombrada Meiling Arlet, “a quien adoro y es motor de impulso para seguir adelante”. La pareja continuó su permanencia en la capital nayarita, ella sostiene que al parecer Julio César no logró adaptarse a la ciudad y exigió regresaran a Rosamorada. “No puede ser, decía, pero me voy aun en contra de mi voluntad. Soy de allá, me rehusaba porque sé que la vida es complicada”.

El marido al quehacer del campo, mientras ella buscó la forma de hacer más llevadera su permanencia en la cabecera municipal, por tanto en su propio domicilio abrió una  cenaduría, pero al paso de ocho meses se vio obligada a cerrar el que pretendía fuera negocio. María Isidra está convencida que la economía entre los habitantes del municipio de Rosamorada no es de lo mejor. Pero no sólo de allí, sino de los municipios del norte de Nayarit.

No hay mal que por bien no venga, considera. Conocida su preparación académica, María Isidra es invitada a trabajar en COPLADEMUN del Ayuntamiento de Rosamorada que tenía como presidente a Juan Manuel Rocha Piedra (1999-2002). Con la aquiescencia de su marido, la mujer se enrola en la función pública, en la dependencia cuyo titular era el ingeniero Carlos Ramírez. En ese transcurso también es invitada a formar parte del Frente Juvenil Revolucionario del PRI municipal.

Afirma que en aquel entonces tendría 22 años de edad. Influyó en ella el propósito político de la dirigencia juvenil municipal en el sentido de trabajar por un Rosamorada diferente, por buscar a través del activismo mejores oportunidades de desarrollo para los jóvenes en todos los órdenes de la vida. “Con base en esa perspectiva empezamos el trabajo partidista, con inusitada motivación que otorga la fuerza de juventud”.

En la misma administración municipal de Rocha Piedra, María Isidra fue transferida a la Contraloría por la eficiencia en el desempeño de sus funciones, a tal grado que en el siguiente gobierno municipal que presidió el también priista Ramón Ávila Paz fue invitada por éste a formar parte de su equipo. Se quedó. Sin embargo, tierno el trienio decidió por cuenta propia renunciar al cargo en la Contraloría por desavenencias con el nuevo titular.

Se presentó ante el alcalde Ávila Paz con el propósito de dar las gracias por haberle brindado oportunidad de trabajar bajo su conducción, al mismo tiempo aprovechó para ponerse a sus órdenes en la tienda del ISSSTE de Rosamorada, sitio en que ocupó la Jefatura de Almacén por espacio de tres años. Durante este periodo mantuvo constante permanencia en el Frente Juvenil Revolucionario.

Llegó la hora del cambio de integrantes del comité directivo municipal del PRI, y María Isidra es propuesta para el cargo de secretaria de finanzas. Resulta electa, así como Ramiro Arreguín para presidente del comité. “Participé entonces con la idea de algo aportar en beneficio del priismo de Rosamorada”.

Surge el propósito de construir edificio propio, puesto que la cantidad por pago de renta subía a cada momento, de mil 200 a dos mil pesos mensuales, por ejemplo. Como secretaria de finanzas se echó a cuestas la tarea de manejar lo más austero posible el dinero del partido, pero además junto con la secretaria general del comité municipal, Alicia Sillas Flores, se encargó de organizar a las mujeres priistas para la labor de conseguir fondos. El PRI de Rosamorada tenía en propiedad terreno donado por el ayuntamiento.

Principalmente las mujeres hicieron un sinfín de actividades entre los habitantes del municipio que les redituaron buena cantidad de dinero, al que se agregó las aportaciones voluntarias de los buenos priistas. Pese al esfuerzo, dedicación y voluntad lograron medio construir el edificio, pero abrigaron siempre la esperanza de que en el futuro no muy lejano nuevas dirigencias lo terminarían, lo cual finalmente sucedió.

“Fue una etapa muy bonita, tengo vivo el recuerdo. Sobre todo porque para muchos era imposible que el PRI de Rosamorada tuviera casa propia. Somos parte de los pocos municipios que la tienen. Fue un gran logro, estoy muy orgullosa porque formé parte del comité municipal que inició la construcción”, expresa la hoy diputada.

En 2005 se involucra en la campaña de Teódulo Sillas Flores, candidato del PRI a la presidencia del Ayuntamiento de Rosamorada. Los jóvenes desarrollan una participación entusiasta y de mucha efectividad. Se ganaron las elecciones, dice gozosa la legisladora.

Fueron sus propios jóvenes correligionarios quienes lograron exaltar su ánimo para ir en búsqueda de la titularidad de la Contraloría en el nuevo gobierno municipal. La propuesta llegó al alcalde electo, mismo que la aprobó en el acto. María Isidra se mostró remisa por su compromiso administrativo en la tienda del ISSSTE, pero la sinceridad de la invitación a colaborar por parte de Teódulo Sillas la convenció, enseguida renunció al trabajo en el ISSSTE.

La siguiente elección municipal (2008) la perdió el PRI, María Isidra tuvo que volar en busca de nuevos horizontes. Pronto aterrizó cuando recibió invitación de Juan Manuel Rocha Piedra de formar parte de la Dirección de Desarrollo Rural –de la cual éste era titular- del Ayuntamiento de Tepic que presidía Roberto Sandoval. Estos dos personajes ligaron gran amistad al ser diputados de la misma legislatura local (2005-2008).

Jamás ha escondido su participación en el equipo político Fuerza Nayarita, base para el impulso a Roberto Sandoval Castañeda primero para alcanzar la candidatura del PRI y luego la gubernatura de Nayarit, campaña de proselitismo político en que con decisión participó María Isidra Vargas López.

De nuevo en Rosamorada, esta última continúa su militancia en el Partido Revolucionario Institucional, tiempo después el partido recupera la presidencia municipal con José Ángel Calvillo López para el periodo 2011-2014. Otra vez son solicitados sus experimentados servicios como titular de la Secretaría del Ayuntamiento de Rosamorada, y allá va María Isidra para integrarse otra vez al servicio público.

Considera garantía de la candidatura a diputada por mayoría relativa en 2014 su dedicación de 15 años al quehacer político-partidista del PRI, así como su eficiente desempeño de funcionaria en los distintos gobiernos municipales priistas, pero fundamental fue el aval del gobernador Roberto Sandoval. María Isidra sostiene que ganó la elección en el décimo sexto distrito (comprende los municipios de Ruiz y Rosamorada) con un gran respaldo popular. Calcula que obtuvo más de 8 mil 500 votos.

Si las circunstancias políticas se presentan favorables a su persona cuando termine su periodo como legisladora, es su deseo participar por la presidencia municipal de Rosamorada, pregunto.

Se muestra esquiva. Cae en la cita común:

“La actual aspiración es responderle a mi gente, cumplir a la confianza que nos otorgaron. Tengo el compromiso de legislar, ayudar a gestionar alternativas para mejorar su calidad de vida, sus ingresos y las oportunidades a nuestra gente del campo.

“No es tiempo de pensar en el siguiente cargo. Sin embargo, en su momento nos sujetaremos a la decisión de la gente, sobre todo a lo que determine mi partido”.

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