Tepic, Nayarit, viernes 29 de marzo de 2024

El mito de la pesca en San Blas

Octavio Camelo Romero

08 de diciembre de 2014

Hay hambre, desesperación y furia contra venta indiscriminada de droga; es lamentable el ambiente dentro del cual se encuentra el histórico puerto de San Blas; además la ciudadanía está desilusionada con los nombramientos de ciertos funcionarios como Rita Esquivel, Ernesto Bernal y algún otro que vive en Tepic. Fue el inicio de una charla con el licenciado, escritor y periodista Alfredo Romero Robles.

Ya se ha hecho costumbre reunirnos los domingos en el café “Arieles” de la plaza Álica. Llegué y ya estaba allí Alfredo. Como estoy cegatón, no vi que en otra mesa se encontraba mi amigo y director de “Censura” Elías Maldonado Oronia; de inmediato acudí a su lugar para saludarlo.

De regreso a la mesa, con Romero Robles tuvimos una interesantísima charla sobre la situación en que se encuentra San Blas. Supe que en compañía de familiares procedentes de Guadalajara Jalisco y con el interés de comprar camarón gigante de alta mar para degustarlo en las próximas fiestas decembrinas, Alfredo y familiares fueron al puerto; al llegar al muelle de atraco de las embarcaciones de altamar se encontraron únicamente a cuatro individuos con supuesta apariencia de pescadores dispuestos a consumir algo que supusieron que era droga; uno de ellos al que nombraron por “peye” le dijo a otro apodado “Morgan” que le hablara al de la moto para que les llevara cinco paquetitos de la buena.

De un somero sondeo con los sanblaseños los visitantes supieron que el municipio no tiene un solo barco pesquero y que los barcos que llegan ocasionalmente procedentes de Mazatlán Sinaloa procuran permanecer el menor tiempo posible en San Blas. Al llegar a este punto Alfredo hace las siguientes reflexiones: veinte embarcaciones darían ocupación a ciento sesenta marineros los cuales ganarían en la temporada de septiembre a marzo la cantidad de ochenta millones de pesos. Esas veinte embarcaciones en el mes de septiembre tendrían que efectuar un gasto promedio de veinte millones de pesos por conceptos de avituallamiento de diesel, artes de pesca, aceites, comestibles de abarrotes, consumibles de ferreterías, etc. Durante la temporada las embarcaciones gastarían otros diez millones de pesos. Además varias cubeteras o “changueras” procedentes de Tepic y otros municipios asistirían diariamente a los muelles para comprar pescado y filetes a bajo precio. Se estima que cada cubetera compra en promedio cuarenta kilos de productos del mar, que en conjunto hace un monto de no menos de tonelada y media. Con ellas simplemente se activa el servicio de transporte de pasajeros y de taxis. Por otra parte se requeriría la puesta en marcha de una congeladora para seleccionar y empacar el camarón de las veinte embarcaciones, las cuales alimentarían con doscientas toneladas de producto, mismas que requerirían no menos de veinte puestos de empleo.

Alfredo Romero Robles considera que con la ausencia de las veinte embarcaciones pesqueras del puerto de San Blas se está dejando de percibir en la cabecera municipal y sus alrededores no menos de quinientos millones de pesos anuales. Para un municipio donde la pesca y el turismo se han convertido en un mito, vale la pena reactivar la actividad pesquera en el ramo de la pesca de altamar. En fin.

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