Ridículo tras ridículo

Los que hoy se ostentan como demócratas que se aglutinan en la cada vez más desfasada Marea Rosa, ahora le quieren dar su propia interpretación al artículo 54 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; una interpretación de la que no dijeron nada de nada en las pasadas elecciones anteriores a estas del 02 de junio de 2024.

Si bien muchos de esta asociación civil en 1988 aún no habían nacido o estaban muy jóvenes, quienes ya tenían la edad de votar jamás se pronunciaron en contra de las elecciones en las que Carlos Salinas de Gortari usurpó la Presidencia de la República y menos, en contra del escandaloso fraude electoral del 2006. Y menos, cuando la interpretación al mencionado artículo 54 constitucional, ya desde hace un buen tiempo señala que las senadurías y diputaciones se les otorgan a los partidos políticos por separado y no por coalición.

Sin embargo, ahora con el cuento de la no “sobrerrepresentación” quienes encabezan la mentada marea rosa, que se autodenomina como Frente Cívico Nacional, afirman lo contrario señalando que la repartición de las plurinominales se deben de dar por coalición y no por partido, tal y como ya se ha dicho hasta la saciedad, tanto en las mismas conferencias matutinas que ofrece el presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), así como analistas, juristas y constitucionalistas serios, de que el reparto de esos cargos de representación proporcional son para los partidos políticos porque dicho artículo constitucional no menciona para nada la palabra “coalición o coaliciones”.

Y, ahora que se dicen demócratas, ya hasta se han convertido en constitucionalistas, pues la misma excandidata de la derrotada “Fuerza y Corazón por México”, coalición conformada por el PAN, PRI y el ya próximo a desaparecer, el PRD, la señora Xóchilt Gálvez Ruiz, ha estado diciéndole a la presidente consejera del Instituto Nacional Electoral (INE), licenciada, Guadalupe Taddei Zavala, así como a las demás consejeras y consejeros de este instituto electoral que lean bien la Constitución; pero no nada más a dichos consejeros, sino que también lo ha estado diciendo en sus arengas ante los asistentes a sus conferencias, entrevistas banqueteras y ante quienes la han estado escuchando al señalar el porqué de esta protesta ante las instalaciones del INE.

Y a propósito de los asistentes a esta marcha y plantón de protesta ante el INE para que no repartan las plurinominales, tal y como lo señala nuestra Carta Magna, en las redes sociales se han estado subiendo videos de esta marcha que se dio el día de ayer domingo 11 del presente mes de agosto. En dichos videos aparecen entrevistas a algunos de los asistentes que, obviamente tienen muy sembrada en su mente lo que les han estado diciendo los creadores de este frente cívico de que se va a conformar una dictadura, que van a desaparecer las asociaciones civiles, que se van a adueñar de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así como de propio INE y otras dependencias e instituciones gubernamentales como el Instituto de Transparencia.

Pero ¿a qué le tienen miedo estos opositores a la actual administración y la que viene? ¿A la supuesta sobrerrepresentación en ambas Cámaras legislativas para poder cambiar la Constitución? Tal vez esta oposición ya olvidó que, si antes no existía la sobrerrepresentación como hoy la tratan de definir los opositores, de todos modos, la Constitución se ha reformado infinidad de veces y no a favor de la población sino nada más para unos cuantos y sin sobrerrepresentación, sino nada más por la sumisión al Poder Ejecutivo de los otros dos Poderes, el Judicial y Legislativo, bajo la primicia de: sí, señor presidente.

Posiblemente el temor que tiene la oposición es que haya una contrarreforma constitucional para devolverle a nuestra Constitución Política su esencia y espíritu original y que, por lo mismo, pierdan todavía más las prebendas que le han dado a la clase empresarial las anteriores reformas constitucionales.

Hoy en día la oposición a la actual administración federal no hace otra cosa más que ridículo tras ridículo e inclusive hasta los anteriores consejeros del INE y antes IFE quienes ahora se desdicen de lo que afirmaban anteriormente y de que la ley es la ley, así como el mismo Claudio X. González Guajardo, quien es el que ha llevado la batuta en esa llamada marea rosa y que precisamente en una de sus marchas orquestadas su principal bandera fue la de: el INE no se toca. ¿y ahora sí? Mira tú, qué bien.

Sea pues. Vale.