Tepic, Nayarit, miércoles 08 de mayo de 2024

Para qué estudiar y aprender, si de todos modos no van a reprobar

Sergio Mejía Cano

01 de Julio de 2022

La Secretaría de Educación Pública (SEP), informó que, mediante un acuerdo ya publicado en el Diario Oficial de la Federación, ningún alumno de educación básica podrá ser reprobado, que la mínima calificación en la boleta de estudios tendrá que ser mínima de “6” y, que las faltas e inasistencias a clases tampoco serán motivo para bajar esta calificación, para que el tránsito del estudiantado continúe. Esta disposición se da, según la misma SEP, debido a la contingencia generada por la pandemia que ocasionó que bajara considerablemente el nivel educativo y de enseñanza.

Y, precisamente a lo que causó esta cruel pandemia en la mayoría, si no es que en todos los ámbitos, la enseñanza fue uno de los rubros que se vio más afectada, ya que infinidad de alumnos no tuvieron acceso a las clases virtuales por carecer de internet y hasta de aparatos televisivos o porque en sus lugares de residencia no había señal. Y por esto mismo, es obvio que muchos estudiantes de educación básica perdieron un tiempo precioso en cuanto a educación, enseñanza y aprendizaje se refiere y más, aquellos a quienes a sus padres no les importó en lo absoluto si sus hijos recibían clases o no; porque es bueno recordar que, infortunadamente, hay gente para todo, y hay padres y madres de familia ocupados en otros menesteres que por lo regular ponen poca atención a lo que hacen sus retoños.

Y, a propósito de que para todo hay gente, para algunos de los  alumnos de ambos sexos, esta medida de que pasarán de año a como dé lugar, les va a encantar; sin embargo, para otros los desilusionará al ver que a algunos de sus condiscípulos los pasan sin haber estudiado, presentado tareas, trabajos o no respondían en clase, aun así los pasan de año y, a estos otros que por más ganas que le echaron para estudiar y aprender les pasó lo mismo, pues podría venir un desencanto y que llegaran a pensar que para qué estudiar, si de todos modos los pasan de año y, a los que no les interesa estudiar, lo mismo: dirán que para qué poner atención en clases si de todos modos van a pasar de grado escolar, despertando en ellos la apatía y la dejadez para estudiar.

Claro que esto es nada más para este ciclo que está por concluir; pero el año pasado también no se reprobó a  ningún escolar, precisamente por la pandemia; pero el problema es que posiblemente también que algunas profesoras y profesores, por más vocación y motivación que le tengan a su carrera magisterial, tal vez esta medida de tener que pasar de año a todos los alumnos, les genere una impresión negativa al ver que sus esfuerzos de nada han servido, como tener que batallar con alumnos problema y que contaminan a los demás.

Se dice que la mayoría de los profesores de ambos sexos no están de acuerdo con esta medida de no reprobar a sus alumnos, porque ven que es contraproducente. Varios de estos profesores están conscientes de que debido a la pandemia muchos alumnos perdieron la capacidad de aprendizaje al romperse la cadena de la cotidianidad de estar acudiendo a clases todos los días de la semana laboral y más, los que no tuvieron o no pudieron estudiar a la distancia. Porque podría darse el caso de que hubo padres de familia que, al ver que sus hijos no tendrían clases en la escuela, los pusieron a ayudarles en sus negocios o trabajos para contribuir al gasto diario de la casa. 

Sin ánimo de pretender llegar al romanticismo al decir que todo tiempo pasado fue mejor, en cuanto a enseñanza, educación y aprendizaje se refiere, personas que nacieron a principios del siglo pasado que tuvieron la dicha de poder recibir educación básica, mucha de esta gente, estudiando nada más hasta cuarto año de primaria, salieron de sus estudios con conocimientos de cultura general, con una escritura excelente; pero sobre todo, sabiendo dominar las cuatro operaciones básicas de la aritmética; sin embargo, hoy en día, según me comenta un profesor que da clases en primer año de secundaria, le llegan alumnos de ambos sexos que tienen dificultades enormes para sumar y restar; pero mucho más para multiplicar y dividir, siendo que anteriormente ya en tercer año de primaria, la mayoría de los estudiantes ya las tenían aprendidas estas operaciones; claro que unos más y otros menos, pero salían de sexto año pudiéndose defender al hacer cuentas matemáticas.

Así que la SEP ha dado a conocer este acuerdo y, el magisterio en general tiene que acatar esta disposición le guste o no, así que ¿qué hacer? Pues ajustarse a esta medida y ni modo.

Sea pues. Vale.

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