La refundación de la UAN: una obligación rectoral

La refundación de la UAN es una necesidad social. La próxima autoridad rectoral debe encabezar el proceso refundador. Para empezar, se deben organizar mesas de análisis donde participen todos los sectores sociales, los agroproductores, los agroindustriales, las organizaciones vigentes, los académicos, los trabajadores, los estudiantes, etc. El propósito es que el vínculo UAN-SOCIEDAD se robustezca. Se deben resolver algunas cuestiones como: ¿Cómo desarrollar biotecnología para apoyar a los agroproductores y agroindustriales nayaritas? ¿Cómo establecer la simbiosis de la UAN con el pueblo nayarita y del pueblo mexicano con la UAN? ¿Cómo establecer y desarrollar al máximo el extensionismo universitario? ¿Cómo estructurar y establecer los nuevos currículos universitarios? ¿Cómo diseñar una nueva y dinámica estructura colegiada en las autoridades universitarias? ¿Cómo privilegiar la función académica sobre la político-administrativa? Etc.

Los aspirantes al cargo de rector, sea hombre o mujer, deben reflejar esta preocupación porque de no hacerlo, estarán siguiendo el camino trillado de las componendas. Deben, por tanto, reflejar en su discurso dicho compromiso y delinear algunas acciones para una vez ungid@s iniciar el proceso refundador. 

No se tiene que violar la autonomía universitaria, toda vez que el proyecto de decreto de la nueva ley orgánica de la UAN debe de ser propuesta de la comunidad universitaria. Y precisamente los foros de discusión social son para instrumentar tal propuesta. Por eso, se invita a la sociedad nayarita a participar en el diseño de la nueva UAN

Por otra parte, tiene que estructurarse la universidad en por lo menos tres niveles educativos: el nivel medio superior, el nivel de licenciatura y el nivel de postgrado. Y en cada uno de los niveles debiera haber un consejo académico integrado fundamentalmente por académicos y expertos Neuroeducadores. Además, debe integrarse por cada nivel un consejo administrativo-financiero cuyo presidente sea un miembro de dicho consejo, y en ningún caso el rector. El rector debe ser a especie de ejecutivo de los acuerdos de los consejos. Pero además debe integrarse en torno de él, un cuerpo colegiado a especie de consejo en el cual pueda apoyarse para el cumplimiento de su ejercicio del Poder.

Estas y otras más propuestas deben plantearse por quienes aspiran al encargo de rector de la UAN. En fin.